La profesora titular de la UNED Asunción Merino reconoció sentirse “fascinada” por la reivindicación que muchos jóvenes argentinos descendientes de españoles que ni siquiera han visitado España hacen todavía de su tierra de origen participando en las actividades de los centros y las casas de las asociaciones de emigrantes. “¿Por qué siguen yendo a bailar jota si non han nacido en España. “Puedes pensar que es triste que solo queden cuatro niñas tocando la pandereta, pero si piensas que nunca han visitado Galicia, es fascinante”, señaló. “Lo interesante del asociacionismo emigrante hoy es cómo y por qué continúan estos centros, cuando ya no deberían ni existir, porque se da por hecho que son comunidades que ya están asimiladas”.
Merino participó en la primera sesión del Congreso Internacional ‘El asociacionismo español de una emigración diferenciada’, organizado por el Centro de la UNED de Zamora y su Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa, en la que habló de las Dinámicas culturales e institucionales del proceso migratorio: el asociacionismo español en Buenos Aires.
“Siempre hay alguien en la familia al que le cayó en herencia mantener el legado cultural”, afirmó la profesora, que destacó que estos procesos de revitalización étnica se producen desde arriba, con el apoyo de las instituciones públicas –algún otro ponente habló de que los centros tienen hoy “respiración asistida”-, pero también desde abajo, y resaltó el activo papel que las mujeres desempeñan actualmente en este sentido.
En la sesión participó también el catedrático de la Universidad de Luján (Argentina) Alejandro Fernández, quien habló de Mutualismo y beneficiencia en la colectividad española de Buenos Aires en el largo plazo. El ponente se centró en los casos del Hospital Español y la Asociación Catalana de Socorros Mutuos Montepío de Montserrat .
Fernández contó cómo la política sanitaria del peronismo en los años 50 del siglo pasado tuvo “un gran impacto” en las sociedades de socorros mutuos como las de los centros españoles, porque las obras sociales fueron vinculadas a los sindicatos y por la ley de obras sociales de 1970, al universalizar la atención, lo que supuso “un golpe mortal” para las mutuas españolas.
Arsenio Dacosta Martínez, doctor en Historia de la Universidad de Salamanca, habló de Recuperación, análisis y difusión de la experiencia migrante: el Centro de Estudios de la Emigración Castellana y Leonesa, lamentando en este sentido “lo tarde que se ha llegado” y “el archivo de la palabra que se ha perdido”. El ponente se refirió a la necesidad de pensar “las líneas de investigación del futuro” y recordó que el proyecto en el que están inmersos y termina este año lleva por título Del mutualismo a las comunidades virtuales transnacionales.
El liderazgo de la colonia zamorana en Cuba
Por su parte, Sergio Rabanillo, de la Agrupación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Cuba, explicó el Singular desarrollo del asociacionismo castellano y leónes en dicho país, desde los años 50 –la “época feliz” de las agrupaciones, que “se autofinanciaban”- hasta hoy. El ponente contó que la crisis comenzó a comienzos de los 60, con la desaparición del Centro Castellano y la recuperación empezó en los 90, pasando las sociedades castellanas y leonesas “de la extinción a estar en la vanguardia de las españolas”. El proceso fue dirigido por la colonia zamorana y generado desde fuera, con el apoyo de la Diputación de Zamora y la Junta de Castilla y León, y se vio favorecido por la mejora de las relaciones entre Cuba y España.
El congreso continúa durante todo el día de hoy viernes y mañana sábado por la mañana. Las sesiones de hoy llevan por título Manifestaciones del asociacionismo migrante y la relación con la nueva emigración española, y La memoria de la emigración: experiencias desde las asociaciones y las instituciones. Mañana se presentará la publicación del V Premio Memoria de la Emigración Castellana y Leonesa y habrá una mesa redonda sobre los desafíos del asociacionismo migrante español desde la óptica castellano y leonesa.
