El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó el pasado 19 de noviembre por un voto por encima de la mayoría absoluta necesaria la Ley Orgánica por el que se modifica la Ley de Educación (Lomloe), también conocida coloquialmente como ley Celaá. Una norma que nace sin consenso generalizado y tramitada por la vía de urgencia y sin audiciones al sector en el propio Congreso.
La Ley, con los votos a favor de los partidos del Gobierno (PSOE y Podemos) y sus socios, excluye el castellano como lengua vehicular de la enseñanza, rebaja al máximo la exigencia para pasar de curso y castiga a la educación concertada. Se prevén recursos y el PP la eludirá en sus comunidades.