El Patronato da Cultura Galega de Montevideo expone los dibujos de los alumnos de la escuela pública Galicia realizados tras escuchar cuentos tradicionales gallegos con el apoyo de la profesora de dibujo de la institución gallega.
El pasado 3 de agosto se llenó el Patronato da Cultura Galega de niños y niñas pertenecientes a la escuela Galicia que, junto a sus padres, se mostraban emocionados al ver expuestos en las paredes del salón los dibujos que ellos mismos habían realizado.
El presidente del Patronato, José Piñeiro, explicó a España Exterior que se trata de una “actividad que está en el debe del Patronato y de la colectividad en general, que es el tender brazos hacia afuera de lo que es la otra parte de la sociedad uruguaya. En realidad, la colectividad somos una pequeña parte (uno de cada 80 residentes en Uruguay es gallego) pero tenemos que tratar de proyectarnos hacia ellos, que conozcan nuestra cultura, nuestra lengua”, y tal como “dice el artículo segundo de nuestro estatuto, lo que recalca es establecer vínculos con la sociedad uruguaya”.
Antes de preparar la exposición de dibujos, integrantes del Obradoiro de Contacontos del Patronato, dirigido por Susana de León, fueron a la escuela Galicia donde María del Carmen Álvarez les leyó a los alumnos un cuento gallego, aunque en lengua castellana. Luego, con el asesoramiento de Carmen Viqueira, profesora del Obradoiro de Óleo de la institución líder en cultura gallega de Montevideo, fueron plasmando lo que ellos entendían del cuento en una imagen que terminaron expuestas en la sala de la institución de la calle Rondeau.
Piñeiro explicó que luego vendrá la exposición de los alumnos de tercer y cuarto grado, para culminar con los más pequeños de primero y segundo.
Los artistas
Por su parte, la directora de la escuela Galicia, Daniela Moreira, explicó a España Exterior que “los chiquilines no conocían Galicia, ni cuentos tradicionales de Galicia, entonces, para nosotros como institución educativa, es muy importante recibir la cultura, de escuchar cuentos, de escuchar las voces de los gallegos, de escuchar las historias de los gallegos, porque también hace a la identidad de la escuela. La identidad que está impregnada en la familia, en los docentes y los niños, en la comunidad educativa” señaló.
Consultada acerca del aporte de la colectividad gallega en particular, indicó que “en estos últimos años hemos tenido un acercamiento a toda la comunidad”, destacando que “no solamente se trata del acercamiento a la cultura, sino el hacer crecer la identidad de Galicia en cada uno de nuestros niños, porque forma parte de ellos desde que son chiquititos hasta que egresan de la escuela, y después porque llegan años más adelante el hermanito o el primo, y es realmente una comunidad”.
El nombre de la escuela Galicia está tallado por canteros pontevedreses en piedras que pesan 200 kilos y que fueron plantadas por la Xunta de Galicia en septiembre de 2014 cuando el secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, les decía a los alumnos de aquella época que su escuela “lleva el nombre de un pueblo universal que trasciende aquel pequeño territorio del noroeste de España y podemos decir que se extiende por el mundo, por eso nosotros lo llamamos la Galicia universal”.
Pero aquellos pequeños ya están haciendo sus estudios técnicos, universitarios o trabajando, sin embargo, el relevo lo tomaron los de quinto y sexto grado que el pasado 3 de agosto exponían sus cuadros en los salones del Patronato da Cultura Galega.
Los jóvenes artistas estuvieron acompañados de sus padres y hermanos, junto a directivos y socios integrantes de los talleres que ayudaron a los escolares en su tarea artística, además de la delegada de la Xunta de Galicia, Elvira Domínguez. España Exterior dialogó con dos creadores, Julia de sexto año comentó que cuando leyeron el cuento ella no estaba en clase, “entonces me tuvieron que explicar mis compañeros, y con lo que yo entendí lo dibujé en la hoja”.
La puerta de la cocina la pintó como la bandera de Galicia: “Me gustó pintarla así, y me gusta la comida gallega”. Aseguró que su bisabuela era gallega pero no sabe de dónde era, por lo que dijo que le “gustaría ir algún día a Galicia”, confesando que cuando sea grande le gustaría ser artista gráfica o diseñadora de modas.
Otro de los pequeños artistas, Sebastián, vive en el barrio del Cerro donde hay un cruceiro gallego en la sede del club Porto do Son, y con una feijoa en la mano, que recién le había ofrecido una integrante del Patronato, nos mostraba su dibujo donde quiso “representar el sol del atardecer”, quizás el mismo que muchos emigrantes veían desde el Cerro de Montevideo ocultarse con la misma morriña que la imagen de Sebastián nos refleja.
Como casi todos los alumnos antes de llegar a la escuela, “no conocía Galicia”, pero “me gustaría ir algún día”, asegura con una sonrisa y aún emocionado por los aplausos que su trabajo y el de sus compañeros había recogido al inaugurarse la exposición.
La delegada de la Xunta, Elvira Domínguez, felicitó al Patronato da Cultura Galega “por el esfuerzo que hace para, de alguna manera, generar un vínculo intergeneracional, porque la mayor parte de los integrantes del Patronato sabemos son grandes y han ido a la escuela a contarles cuentos que tienen que ver con la vivencia de gallegos, y además después fue una profesora a enseñarles cómo representar ese cuento con técnicas de pintura”, informó.
Domínguez reflexionó que “también le transmiten lo que son nuestros valores a estos niños que van a una escuela pública que se llama Galicia, pero que de gallegos capaz encontrás dos o tres que tienen ancestros, pero veremos si lo tienen olvidado al bisabuelo o abuelo gallego, vamos a ver si lo rescatamos”.
Finalmente destacó la importancia de la acción del Patronato en llevar a los escolares dos talleres “uno que tiene que ver con el idioma y otro que tiene que ver con la pintura”.
