A un año de fundada la asociación A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural, aún no logró rescatar todo el patrimonio gallego de la mutua que liquidó el Gobierno y la justicia uruguaya, pero el casi medio millar de socios que la conforman ha demostrado que tienen el apoyo de gran parte de la colectividad y del Gobierno gallego para conseguirlo.
Aquella tarde del 23 de diciembre de 2021 en la que el juez, ante la falta de apoyo del Gobierno uruguayo que no pagaba la deuda con la mutua Casa de Galicia, dictaminó la desaparición de esta, perdiendo los 40.000 socios (mutualistas como se les conoce en España) todo derecho a la propiedad de la institución que había sido fundada el 1 de octubre de 1917 por un puñado de gallegos que construyeron una institución médica de las mejores calificadas de la región.
Luego vendría una lucha que dieron un par de millares de socios y empleados de Casa de Galicia para encontrar una solución al pago de la deuda y evitar la liquidación que finalmente se concretaría el 7 de febrero del 2022, cuando todo el Parlamento uruguayo, menos tres diputados, votaron una ley de urgentísima consideración a pedido del presidente Lacalle Pou, para repartir la institución gallega con más socios de la diáspora.
Allí fue que “junto a José Luis Pazos y José Antonio Antelo nos impusimos la necesidad de salvar el patrimonio social y cultural de Casa de Galicia”, explicó a España Exterior Ismael Martínez, bibliotecólogo de la mutua durante décadas y que actualmente preside la asociación A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural que fue fundada el 5 de abril de 2022.
Aseguró que “el tema sanitario a nosotros nos excedía, pero el patrimonio social y cultural no era moneda de cambio y en eso nos pusimos enfrentando todas las dificultades. El 5 de abril hicimos la asamblea fundacional con ochenta personas porque fue la cantidad que nos autorizaron los síndicos que estaban al frente de Casa de Galicia puestos por la justicia uruguaya, porque sino hubiera sido esa limitante hubiéramos traído más cantidad”.
Aquella asamblea contó “con el apoyo de todos los representantes en Uruguay de los partidos políticos con representación en Galicia, con el embajador y la cónsul general de España, así como también los músicos Cristina Fernández y Washington Carrasco, cantantes de la colectividad. Todos ellos nos arroparon y dieron el empujón” para esta nueva institución aseveró Martínez.
Por otra parte, también reflexionó acerca de la andadura en este primer año de vida de A Casa de Galicia que “ya tiene sus estatutos aprobados por el Gobierno uruguayo, su personería jurídica y el reconocimiento de la galleguidad por el gobierno de la Xunta de Galicia. Así que, podemos afirmar que son todos pasos hacia adelante, pero nos falta muchísimo”, porque “debemos preservar lo que los gallegos hicieron en 104 años de historia”.
En la actualidad la nueva asociación tiene alrededor de 450 socios cotizantes, “lo que es una cantidad bastante respetable si hacemos comparaciones con otras instituciones gallegas de Montevideo”, aseguró el presidente Martínez, aunque puntualizó que “que aspiramos a muchísimos más una vez que empecemos a desarrollar nuestras actividades, clases de gaita, baile, coro y todo lo que pueda ayudar a mantener viva la historia de Casa de Galicia lo vamos a realizar y seguramente el caudal de socios aumentará considerablemente”.
El patrimonio
Con relación a uno de los objetivos de la nueva institución, que pretende ser la continuidad de la centenaria Casa de Galicia, Ismael Martínez subrayó que “el patrimonio cultural fue adquirido por la Xunta de Galicia, pero tenemos la esperanza que mucho de ese patrimonio –no puedo asegurar que todo– pero gran parte de él tendrá como destino A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural”.
Acerca de algunos acontecimientos en esta lucha por recuperar el patrimonio, explicó que “nosotros fuimos los que queríamos que el cruceiro que estaba frente a la policlínica Pontevedra en el balneario de Lagomar de la Costa de Oro, fuera para el Centro Pontevedrés de Montevideo por la sencilla razón que lo había donado la Diputación de Pontevedra y creo que no era para que se lo quedaran los que adquirieron la policlínica en el remate público”.
Martínez precisó que “los nuevos dueños no se negaron a entregarlo y gracias a la lucha también del presidente del Centro Pontevedrés, se logró que hoy luzca el cruceiro de la policlínica de la extinta Casa de Galicia, en el frente del Centro Pontevedrés de Montevideo”.
El cierre de Casa de Galicia fue un duro golpe para la colectividad gallega de Uruguay, porque fue sorpresiva al no cumplir su promesa el Gobierno uruguayo de devolverla saneada a sus dueños. Pero más sorpresa causó, una vez rematados sus bienes, entre ellos su sede central donde lucía un cartel en el verano “liquidación por incendio” ya que quien lo remató es uno de los principales industriales textiles y aprovechó el local donde funcionó en algún momento el restaurante de Casa de Galicia para vender las prendas que sobrevivieron al incendio el pasado mes de agosto del centro comercial de Punta del Este.
Justamente Ismael Martínez que trabajo décadas en la biblioteca del segundo piso de dicho edificio, confesó que “el primer día de la apertura del local fui a mirar y había una cola de una cuadra para poder entrar. Me duele hablar del tema porque si los gallegos que adquirieron ese inmueble en la década del cuarenta, que ya no queda ninguno sobre la faz de la tierra, supieran del destino final que tiene ahora, seguramente estarán revolviéndose en sus tumbas en el panteón”.
Y sobre el panteón social de Casa de Galicia el presidente fundamentó que “nuestra institución también está luchando por mantener la gestión del mismo para que los miles de gallegos que están allí enterrados sigan perteneciendo a su tierra”.
Explicó que “yo era chico pero recuerdo perfectamente como hizo Casa de Galicia el panteón en terrenos municipales, porque los cementerios en Montevideo son de la Intendencia, pero me acuerdo de los gallegos ir casa por casa vendiendo bonos para poder hacer el panteón que arquitectónicamente es una joy, y que por suerte se conserva bien. aunque debemos hacerle algunos retoques y un buen mantenimiento, pero si conseguimos que nos otorguen la gestión seguramente vamos a lograr ese mantenimiento que merece”.
Después de las vacaciones de Semana Santa, conocida en Uruguay como semana de turismo, comenzarán en la sede del Centro Ourensano las actividades artísticas, baile, gaita y percusión, así como también coro gallego, que ya tienen varios interesados en volver a integrar su cuerpo de baile y disfrutar del encuentro en actividades que cultivan y propagan la cultura gallega.
Es que la directiva del Centro Ourensano ha realizado un convenio con A Casa de Galicia para que ésta se haga cargo de las actividades de la sede de la calle Monterroso de Lavalleja en el barrio del Cordón de la capital uruguaya, y la misma está acondicionada para recibir estas actividades.
Martínez, sobre el futuro de la más joven institución gallega de Montevideo, puntualizó que “hace un año que estamos peleando, venimos hablando y vamos creciendo en socios y amigos que se acercan, por lo que soy biológicamente optimista y creo que, si no decaemos y no nos frustramos, probablemente A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural sea una institución más de la colonia gallega de nuestro país”.
Finalmente, habló sobre cómo acercar a los jóvenes a esta institución que quiere ser la continuación de la centenaria mutua, precisando que hay que “otorgarles servicios, manteniendo nuestras tradiciones, pero sin cerrarnos a ninguna actividad”. “Nosotros vamos a mantener las clases de gaita, jota y muiñeira porque es nuestra identidad y, eventualmente, un coro para que cante A Rianxeira, Carolina y Pousa e pousa, pero tal vez tengamos que dar clases de informática que es lo que ya está entre los jóvenes. Cualquier clase, cualquier servicio o curso que propenda traer a los hijos y los nietos de gallegos, que ya son uruguayos insertos en este país, bienvenido sean a nuestra institución”.
Gracias por la lucha y por informar . Estoy atravesando una serie de imprevistos y no he podido participar activamente. Pero las ganas están. Gracias.
Felicidades al presidente de A Casa de Galicia, por todos los logros obtenidos. Adelante siempre sin prisa pero sin pausa
Me parece maravilloso lo que se está haciendo y espero mucho de la grandeza, de esta institución como lo fue casa de galicia. No dispongo de tiempo para acompañarlos en las actividades pero si hacen algo los fines de semana procurare estar. Soy socia de esta ilustre institución