La noche del pasado 18 de mayo fue singular para la colectividad gallega de Montevideo ya que, por primera vez, la sucesora de la mutua más grande de la diáspora llenó al Centro Ourensano con voces, vestuario, danza y música gallega. Al evento organizado con motivo del Día das Letras Galegas acudió la delegada de la Xunta de Galicia, Elvira Domínguez, que se emocionó junto a los socios que revivieron los años dorados de la centenaria institución.
El presidente de A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural, Ismael Martínez, dio la bienvenida a poco más de medio centenar de emigrantes y descendientes, entre los que también se encontraban el presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas, Martín Rodríguez Caridad, así como también algunos presidentes de instituciones gallegas.
El vicepresidente, José Antonio Antelo, fue el encargado de recorrer la vida y obra del homenajeado, Francisco Fernández del Riego, continuando luego la fiesta con el despliegue de música, danza y la plástica que nos tenía acostumbrado la escuela de danzas gallegas y la banda de la centenaria Casa de Galicia.

Cuando culminó la charla de Antelo, la banda de gaitas dirigida por Carlos González comenzó a interpretar varios temas que llevaron la morriña a flor de piel de los asistentes, muchos de ellos emigrantes que llegaron a Uruguay a mitad del siglo pasado y aquí construyeron el futuro de su familia, y también instituciones como el hospital de Casa de Galicia, el panteón social, las policlínicas por toda la metrópolis y su sede central que era un peñón gallego en la principal avenida de Montevideo.
Carlos viene dictando el taller de gaita y percusión todos los miércoles a las 18.30 horas y allí tiene media docena de nuevos alumnos a partir de los nueve años.
También se presentaron cuatro jóvenes vestidas con trajes típicos gallegos finamente estudiados para mostrar la danza que la profesora Milagros García imparte todos los jueves a las 18 horas, tanto para quienes tienen conocimiento de la tradición gallega como para quienes no lo tienen. La presentación permitió reconocer en estas cuatro alumnas la labor de Milagros, al tiempo que a varios les hizo tener ganas de saltar a la pista a bailar como lo hacían cuando eran mozos en su Galicia natal.

La fiesta presentó al grupo Obradoiro que había dirigido Walter Rico, uno de los mejores bailarines gallegos del Uruguay que falleció el 20 de junio del año pasado, justamente el día que se remató la sede central de Casa de Galicia.
Ahora el espíritu de Walter lo lleva adelante su alumno, Ramón Álvarez, quien puntualizó que “después de todo lo que ha pasado ahora somos A Casa de Galicia Centro Histórico Cultural y seguimos al firme peleando por la cultura gallega y la galleguidad, transmitiendo lo que sabemos a través de tantos años y que heredamos de nuestros ancestros, abuelos, padres”.
Consultado si esta nueva institución es una refundación, fue tajante en afirmar que “no, nosotros seguimos siendo Casa de Galicia, ahora simplemente pasamos a ser como un centro histórico cultural, pero nosotros siempre vamos a seguir siendo Casa de Galicia”.
Finalmente explicó que en las clases del grupo Obradoiro que se dictan los lunes a las 20 horas en el Centro Ourensano, concurren unas veinte personas, pero “en todos los ensayos está llegando gente nueva, gente que bailó hace muchos años y vuelven. Así que empezamos seis o siete y en el ensayo pasado éramos veinte”.
GRAN ARTÍCULO Y MUY ILUSTRATIVO CON LOS DETALLES DE NUESTRAS ACTIVIDADES
Grs por acompañarnos y este hermoso raconto de nuestro camino
Muchas gracias , dejas reflejado en tus palabras la esencia de lo somos y queremos transmitir nuestras raíces ,nuestro amor a Galicia y Nuestra Casa de Galicia que vive en cada uno de nosotros!