El lunes 1 de junio 288 españoles que estaban varados en Uruguay por la suspensión de vuelos con motivo de la pandemia, subieron a un avión de Iberia con destino a Madrid. Este vuelo fue gestionado conjuntamente entre los ministerios de Exteriores de Uruguay y de España, ya que en el mismo avión llegaron a Montevideo el día 31 de mayo un grupo de uruguayos que se habían quedado varados en España.
Sin embargo, casi doscientos españoles no pudieron entrar en la lista de pasajeros y tendrán que permanecer en Uruguay.
El pasado 29 de mayo el cónsul José Rodríguez Moyano emitió un comunicado explicando que había más interesados que las 288 plazas disponibles y que en la elaboración de la lista de pasajeros se priorizó “a personas sin ningún arraigo en Uruguay, atendiendo la edad, menores no acompañados y familias con menores”.
Explicó que “hasta hace unos 10 días, las solicitudes para viajar planteadas por correo electrónico a este Consulado General alcanzaban la cifra de 250, en la que se incluían ciudadanos españoles, uruguayos y de otras nacionalidades europeas”; sin embargo “al hacerse público el vuelo, aumentaron sustantivamente las solicitudes hasta superar las 450”.
Hasta el viernes 29, plazo que puso el Consulado para pagar el pasaje del avión, que oscila entre 400 y 800 dólares, “desistieron de volar unas 30 personas, lo que abrió la posibilidad de que otras personas pudiesen viajar y a las que se seleccionó en base a los mismos criterios” señalados.
La autoridad diplomática asevera que “se puede afirmar que la práctica totalidad de los españoles residentes en España que manifestaron a tiempo su deseo de regresar a este Consulado General, podrán hacerlo”.

Sin embargo, muchos de los que se quedaron han decidido enviar una carta al Defensor del Pueblo, al tiempo que continuarán manifestando y dialogando en grupo con el cónsul y el embajador Javier Gómez-Llera.
En la mencionada misiva, en forma individual cada uno explica quiénes son y que están incluidos en la base del Consulado cumpliendo los requisitos para ser repatriados.
Afirman en la carta que “lamentablemente y de forma inexplicable, más de 100 ciudadanos hemos quedado fuera de ese vuelo y hasta el momento, después de días y horas de incertidumbre y perplejidad, nadie nos ofrece ninguna solución para retornar a nuestros hogares y la oficina consular no nos explica el cambio de criterio en la selección de los viajeros”.
Asimismo aclaran que “el quedar varado no ha sido una decisión personal, sino una terrible consecuencia de la aún más terrible crisis que padecemos” confiando y pidiendo al Defensor del Pueblo que interceda por ellos para volver a casa cuanto antes.