Cinco municipios de Mallorca, en las Islas Baleares, sufrieron lluvias torrenciales y riadas que causaron la muerte de trece personas el pasado 10 de octubre. Unas 300 casas sufrieron graves daños, 190 kilómetros de carreteras de titularidad pública y varios puentes necesitan reparaciones y se retiraron más de 4.200 toneladas de residuos.
Mientras que, el día 22, la zona oriental de Andalucía -especialmente la provincia de Málaga- intentaba recuperar la normalidad tras un fin de semana en el que el temporal se cobró la muerte de un bombero y afectó a varias poblaciones que necesitaron la intervención de más de 200 efectivos de emergencia.