RETORNAD@S

110 jóvenes regresan a Aragón con el Plan de Retorno del Gobierno autonómico gracias a un centenar de empresas

Ofrece ayudas individuales de 3.000 euros, asesoría emocional y laboral, y una línea de emprendimiento

Representantes de las empresas colaboradoras con el Plan que recibieron sus diplomas acreditativos.
Jóvenes retornados cuentan sus casos particulares en la mesa de experiencias.

El centenar de empresas (97) que en poco más de un año se han adherido al Plan de Retorno del Talento Joven en Aragón recibieron el 11 de marzo el protocolo de actuación y el diploma que las acredita como colaboradoras; un reconocimiento con el que el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) –dependiente del Departamento de Ciudanía y Derechos Sociales del Gobierno autonómico– quiere agradecer la ayuda que estas entidades han brindado en el camino de vuelta a casa de los 110 jóvenes que han retornado desde que se puso en marcha esta iniciativa, a principios de 2019.

“Este diploma”, explicó Adrián Gimeno, director gerente del IAJ, “permitirá que estas empresas puedan usar este sello en sus memorias de Responsabilidad Social Corporativa”. Gimeno destacó también el ánimo colaborador con el que todas estas entidades se han sumado la proyecto: “Siempre lo han visto como una oportunidad para captar el talento”

La entrega de diplomas tuvo lugar en la sede del IAJ, en una jornada donde también se escuchó la voz de los jóvenes retornados, que participaron en una mesa de experiencias, titulada ‘Volver: ¿sueño o realidad?’. En ella, María Aldea, joven que pudo volver a Zaragoza al amparo del Plan tras seis años trabajando en China en el sector financiero, destacó, sobre todo, el valor de la asesoría emocional con la que cuenta el Plan de Retorno, que ayuda a los jóvenes a superar el choque cultural inverso que, en muchos casos, se produce a la vuelta: “El apoyo psicológico es una parte importante, porque volver después de estar tanto tiempo fuera es algo que pesa; no encuentras tu sitio aquí y te cuesta”.

Además, en el mismo acto, los responsables de esta iniciativa en Aragón tuvieron la oportunidad de intercambiar experiencias con técnicos de planes de retorno de otras seis comunidades autónomas, como Baleares, Castilla-La Mancha o Navarra, interesadas en el modelo aragonés.

El Plan quiere establecerse como “programa propio del Gobierno de Aragón”, porque, en palabras de Gimeno, eso permitirá “que todos los jóvenes tengan las mismas oportunidades que ahora están teniendo”. Hay que recordar que la iniciativa se puso en marcha con dos objetivos: favorecer el retorno a la Comunidad de profesionales de hasta 35 años que se encuentran desarrollando su carrera profesional fuera de su territorio y tender lazos con aquellos que siguen en el extranjero.

La mayor parte de quienes han vuelto son mujeres -46 frente a 28 hombres- y los perfiles profesionales que más se repiten entre quienes deciden regresar son de ramas sanitarias, científicas y de ingeniería, así como de sectores como el márquetin o el comercial, entre otros.

Las ayudas económicas para estos jóvenes pueden alcanzar un máximo de 3.000 euros por beneficiario. Con esta cantidad se colabora en los gastos de desplazamiento, el transporte de enseres y mascotas, así como en los dos primeros meses de alquiler una vez que estos jóvenes han vuelto a instalarse en Aragón.

Aunque el proyecto se planteó en octubre de 2018, fue a principios de 2019 cuando se lanzó la primera convocatoria.

Durante 2019, se trabajó con 252 personas y se llevaron a cabo 1.133 asesorías. Entre los servicios que se ofrecen, además de la mencionada asesoría emocional, figura la laboral (que incluye asesoramiento a la hora de elaborar y presentar un currículum, reconversión profesional y contacto con posibles empleadores adecuados al perfil del candidato), así como una línea de emprendimiento, para quienes opten por esta opción.

La asesoría laboral es el servicio más demandado y ha generado más de la mitad de las consultas (600 en 2019).

La segunda área más demandada es la de la asesoría emocional, en la que en 2019 se atendió a 63 personas y se llevaron a cabo 400 servicios. Entre las cuestiones que se más se trabajan aquí, se encuentra “el choque cultural inverso” –que se produce al regresar– o la sensación de “vergüenza”, al sentir que la vuelta pueda ser entendida como un fracaso. En este sentido, Gimeno hizo hincapié en que “los usuarios nos han pedido que no nos centremos en exclusiva en el ámbito laboral y destaquemos el área emocional y la asesoría de movilidad, porque para ellos son dos puntales a la hora de tomar la decisión definitiva de regresar”. Durante 2020 se quiere potenciar el emprendimiento con una línea específica de financiación; puesto que, si bien no son muchas las consultas en este área (52 en 2019), si lo es que buena parte de las personas que se interesaran por el plan retorno afirman que no les importaría emprender.

También se potenciarán a través de videoconferencia los grupos de apoyo entre las personas que se encuentran en la misma situación.

La iniciativa, que depende del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales, está dotada para este ejercicio con 50.000 euros, aunque la cantidad puede ampliarse si lo justifica la demanda.

En 2019 se editó una guía, pionera en el conjunto del país, que recoge todos los trámites a los que una persona se puede enfrentar al regresar. También se constituyó el grupo de retorno, formado por jóvenes que ya han regresado o están en proceso de hacerlo, que permite a estas personas establecer contactos con quienes se encuentran en la misma situación que ellos y ser un foro de propuestas hacia el Gobierno de Aragón para que se puedan implementar nuevas medidas.

Tanto las empresas como los jóvenes interesados pueden consultar toda la información del programa a través del enlace https://retornojoven.aragon.es.

Valoraciones positivas

Marta Mancebón es otra de los jóvenes que han regresado a Aragón al amparo del Plan de Retorno del Talento Joven. Marta, que se ha establecido en Zaragoza después de varios años como profesora de español en países de habla inglesa, resume así su experiencia y sus motivos para retornar: “Estuve tres años en Inglaterra y luego volví a España. Esa vuelta fue peor en sentido laboral. Y el año pasado estuve en EEUU enseñando español. Volví en junio porque se me acababa la visa y porque lo que yo quería era enseñar inglés en España. Por eso me fui fuera: para aprender mucho más inglés, y ahora quiero enseñarlo aquí. Y también por la familia: es tu sitio, donde has nacido, donde has vivido, y quieres volver a casa”.

Ana Omella ha retornado también al abrigo del Plan, en su caso a la pequeña localidad de Fórnoles (Teruel). Destaca sobre todo el acompañamiento personal y emocional que ha recibido: “Fue muy positivo porque ha sido un acompañamiento emocional, es un espacio muy familiar, no lo siento alejado de las personas. Tengo posibilidades para decir mi opinión y me siento acompañada tanto psicológicamente como a nivel financiero. Para mí es todo un reto ser autónoma, porque no estamos educados en eso, o al menos yo. Y también me ha ayudado a crear sinergias, porque muchos espacios que no conocía los estoy conociendo”. Para Ana, es muy importante que este tipo de ayudas estén también al alcance de la gente que quiere retornar a lugares pequeños: “Me alegra que esté pasando todo esto en Aragón, en pueblecitos chiquitos, y no solo en las grandes ciudades. Nos tienen en cuenta, nos están apoyando”.

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