Una representación de la Asociación Cultural Xacarandaina se desplazó a la ciudad francesa de Lorient para participar en su reconocido Festival Intercéltico, que este año está dedicado a Galicia.
Xacarandaina nació en 1978. Desde entonces, creció muchísimo, alcanzando los 800 socios en la actualidad y sin perder la esencia de su objetivo: trabajar para la defensa y goce de la cultura gallega.
“Xacarandaina no es un ballet folclórico, no es una coral, no es una banda de gaitas, no es un grupo folk; Xacarandaina pretende ser algo más. Investiga el folclore y lo interpreta tal cual lo encuentra en su lugar de origen, buscando la mayor pureza y parecido con el original, pretendiendo así, ser un ejemplo del arte popular de Galicia continuado por el pueblo”. Así se define la asociación en su carta de presentación.
Adrián Méndez de 19 años es, junto a Estevo Blanco (Caión), Lucía e Andrés Naya (Caión), Gabi Pérez (Malpica), Icía Varela(Cerqueda), Jenni Felpete (Carballo), Iria Rey(Carballo), Alba Freijeiro (Fornelos, Baio), Fran Trashorras (Camariñas), Tania Caamaño (O Rego), Mariña Ramos (Laracha) e Felipe Sar (Muxía), uno de los integrantes oriundo de A Costa da Morte que desde octubre del 2017 y, a través de la motivación de una amiga integrante también, forma parte de la A. C. Xacarandaina.
Este joven estudiante de Gestión Industrial de la Moda en Ferrol comenzó a bailar a los once años y, sin darse cuenta, esta actividad se convirtió en algo muy importante en su vida, tanto a nivel personal como divulgativo. “Bailar se ha convertido en una necesidad para sobrellevar las dificultades que se me presentan en el día a día”, aclaró en un momento de la entrevista.
Eso sí, no le sirvió cualquier baile, sino que tuvo que ser el baile de sus abuelos y sus bisabuelos, el que nace en la tierra cuyos pies pisa cada día y que le hace sentir vivo y conectado con sus raíces.
Cultura «poco valorada» por los de dentro
“A pesar de que existen muchos grupos fomentando los valores tradicionales de la música gallega, creo que, en general, nuestra cultura está poco valorada por todos los que la formamos desde adentro. Los gallegos son un tipo de persona a la que el sol le ilumina la puerta y dice que no les calienta. Este ingrediente es un verdadero problema para la conservación de nuestra cultura y tradición”, añadió.
Adrián Méndez reconoció que no es fácil y supone una gran responsabilidad, llena de grandes dosis de sacrificio y de emoción, representar a Galicia en el Festival Intercéltico de Lorient o en cualquier otra parte del mundo y que se siente orgulloso de formar parte de este reto a la que tantas horas de ensayo le ha dedicado con el resto de sus compañeros.
“Es un lujo poder compartir, conocer y disfrutar de las diferentes culturas que este evento ofrece. Todos los pueblos somos hermanos; simplemente tenemos diferentes respuestas a las mismas inquietudes. Es una gran riqueza cultural poder apreciar y valorar la diversidad y la similitud que existe y que nos hace verdaderamente ricos y poderosos”, declaró durante su estancia en Lorient.
