Los partidos prometen que no habrá terceras elecciones pero mantienen los vetos entre sí para llegar a acuerdos

Todas las encuestas dan como ganador al PP y a Unidos Podemos como segunda fuerza

Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidos Podemos), momentos antes de iniciar el debate en televisión.

La campaña electoral y, sobre todo, el debate televisivo a cuatro celebrado el día 13 dejan la promesa de los candidatos del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy; del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez; de Unidos Podemos (UP), Pablo Iglesias; y de Ciudadanos (C’s), Albert Rivera, de que no habrá necesidad de convocar unos terceros comicios. Rajoy llegó a decir que sería un “ridículo mundial”.

Sin embargo, los partidos mantienen los vetos que impidieron alcanzar acuerdos tras el 20-D. Pedro Sánchez aseguró que no apoyará a Pablo Iglesias como presidente ni un gobierno del PP. Albert Rivera, por su parte, reiteró que no respaldará a Mariano Rajoy de ninguna manera, ni con la abstención, aunque dejó en el aire la posibilidad de apoyar a otro miembro del PP como presidente. Iglesias apuesta por un Ejecutivo de izquierdas e incluso llegó a ofrecer la vicepresidencia a Sánchez, mientras que Rajoy insiste en la gran coalición entre PP y PSOE y si Sánchez no la acepta -que ya la ha rechazado-, le pide que le deje gobernar en minoría.

Todos los sondeos de los últimos días vuelven a coincidir en que el PP ganará de nuevo las elecciones, incluso con más votos y escaños, y que la coalición UP de Podemos e Izquierda Unida superará al PSOE como segunda fuerza. Sí hay diferencias en los márgenes, puesto que algunas encuestas prevén una victoria de las formaciones de centro-izquierda (PSOE y UP) y otras de las de centro-derecha (PP y C’s), aunque siempre por un estrecho margen y sin llegar a la mayoría absoluta. 

El PSOE, 3º en sondeos, decidirá quién gobierna

El Partido Socialista podría salir de las elecciones del 26-J como el gran derrotado en las urnas, si se cumple lo que prevén todos los sondeos, pero con la capacidad de decidir quién gobierna España. Las encuestas sitúan al PSOE como tercera fuerza, por detrás de Unidos Podemos, pero como ni el bloque de centro-derecha ni el bloque de centro-izquierda alcanzarían la mayoría absoluta, tanto PP como UP necesitarían de los socialistas para la investidura. Y eso que Pedro Sánchez mantiene el veto a ambos. 

Sin embargo, ante tal situación de bloqueo ya han surgido rumores desde dentro del PSOE que indican que los barones territoriales y otras personas con influencia podrían preferir un Ejecutivo del PP en minoría, con la abstención socialista, que dar el poder a Pablo Iglesias. Un miembro del equipo de Sánchez, el exministro Jordi Sevilla, expresó su preferencia a que gobierne el partido que logre más apoyos en el Parlamento, frente a la postura de Rajoy y el PP de que lo haga el más votado en las urnas por los ciudadanos.

Además, los análisis de los especialistas y los partidos auguran que más de una veintena de provincias decidirán su último escaño por un escaso margen de sufragios, incluso con influencia del voto de los residentes en el exterior. No en vano, ya en los anteriores comicios de diciembre, 15 actas de diputado se resolvieron por una menos de 5.000 votos.

Así, los partidos están centrando la campaña en esas provincias que pueden ser decisivas para otorgar mayorías. El otro eje de su atención fue el debate televisivo, que concluyó sin un ganador claro. Los medios señalaron que pudo perderlo Pedro Sánchez, al desperdiciar una ocasión inmejorable para remontar en las encuestas.

Mariano Rajoy dirige su mensaje con el objetivo fundamental de concentrar el voto moderado, presentando como única alternativa un gobierno populista dirigido por Pablo Iglesias o retando a las otras tres formaciones principales a aliarse para sustituirle. Además, avanzó que actuará igual que en la recién agotada legislatura si los resultados son similares.

La posición socialista, con especial dedicación de su líder andaluza Susana Díaz, se endureció con respecto a UP y con críticas a Iglesias. De hecho, Pedro Sánchez pidió expresamente el voto a los decepcionados con Podemos por no haber apoyado un gobierno de progreso en su investidura. 

Otro punto de desencuentro fue la apuesta de UP por el derecho a decidir, puesto que Sánchez rechazó la convocatoria de un referéndum soberanista. Iglesias, por su parte, se muestra conciliador con el PSOE, sabedor de que necesitará su apoyo, y llama al consenso entre ambos. En cuanto a su oferta electoral, UP presentó un programa con un incremento del gasto en 60.000 millones de euros, desoyendo los consejos de Bruselas, y de los impuestos.

Finalmente, Ciudadanos repartió sus ataques entre PP y UP aunque advirtió también una pérdida de la centralidad en el PSOE por el apoyo a los populistas en algunos ayuntamientos.