Los inmigrantes que se encuentran en España en situación irregular volverán a tener derecho a la atención primaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS) pero no recuperarán la tarjeta que les fue retirada con la aprobación de la reforma sanitaria en el 2012. Esa medida expulsó del sistema a más de 800.000 personas, según informes de oenegés.
Lo anunció el 31 de marzo el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, por “cuestiones de salud pública”, porque es “más práctico” y para “no saturar las urgencias”. Sin embargo, manifestó estar “completamente en contra” de que los simpapeles sean titulares de una tarjeta sanitaria que “les daría un derecho en Europa que no existe en ningún otro país”.