Fernando García, un guía oficial español en Londres

Uno de los 15 ‘cicerones’ hispanos que poseen la prestigiosa ‘Blue Badge’

Fernando García explicando la historia del Parlamento Británico.

Hay que verlo viviendo cada rincón del Parlamento Británico, orillando un Támesis que recorta la sombra del Big Ben. Los conocimientos requeridos sumados a un español claro, una amabilidad extrema y una sonrisa inseparable. Fernando Araújo García, hijo de gallego de Lalín y portuguesa de Lisboa, nació hace 35 años en Londres con la afición por el turismo y sus escondrijos a flor de piel. Se doctoró en Geografía Humana porque preveía un mejor futuro en las enseñanzas académicas, pero vivía el turismo muy pegado como para abandonarlo.

Su padre es propietario de la empresa de transporte, receptora de turismo mayoritariamente español, García Tours, y por ahí se le fueron los vientos a Fernando. Unido desde muy pequeño a la enseñanza de los recorridos londinenses y sus aledaños, se inclinó por su afición y fundó hace 11 años ‘Excursión UK’ para ofrecer visitas guiadas. Se había preparado a fondo para realizar el curso oficial de guía en el Reino Unido y conseguir la prestigiosa ‘Blue Badge’ (o chapa azul), que es la licencia para esta actividad reconocida por el gobierno británico.

Para lograr este distintivo hay que luchar a fondo, hay que tener profundos conocimientos de historia, arquitectura, geografía, y, como no, los aspectos técnicos imprescindibles para saber guiar en autocares, galerías, museos, catedrales, circuitos urbanos, etc.

A Fernando le encanta su profesión. Es uno de los 15 guías españoles que conocen a fondo Londres y sus secretos. Sabe que hay que reciclarse cada día, estar al último dato, y perfeccionar su capacidad de entendimiento, sobre todo con el turista latinoamericano que ahora ocupa mayor frecuencia que el español, aunque el nuestro se va recuperando poco a poco. Con Fernando explorar Londres es mucho más que sentarse en las escalinatas de Piccadilly Circus. Londres no es solo Westminster. Hay que palpar al menos los barrios más emblemáticos de esos 1.600 kilómetros cuadrados en los que se asienta tanta historia, tanta vida.