El Gobierno aprueba la Estrategia de Acción Exterior

Incluye entre sus prioridades la asistencia y protección de los españoles residentes en el extranjero

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

El Consejo de Ministros aprobó en su reunión del pasado 26 de diciembre la Estrategia de Acción Exterior, en cumplimiento de lo establecido en la Ley de la Acción y del Servicio Exterior del Estado. Previamente, el pasado 5 de diciembre, el Consejo de Ministros remitió a las Cortes Generales la Estrategia de Acción Exterior, tras ser informado favorablemente por el Consejo de Política Exterior en su reunión del mismo día 5 de diciembre.

La Estrategia de Acción Exterior contiene la expresión ordenada, sectorial y geográfica, de las prioridades y objetivos a medio plazo de la acción exterior, y recoge el conjunto de actuaciones de los órganos, organismos y entidades públicas en el exterior a las que dota de coherencia interna.

La Estrategia consta de dos documentos: la propia Estrategia de Acción Exterior, que recoge las grandes líneas y los objetivos que orientan la acción exterior, y el Plan de Acción Exterior 2015-2018, con las propuestas de actuación exterior del conjunto de los Departamentos ministeriales, de los órganos constitucionales, de las Comunidades y Ciudades Autónomas, y de las Entidades Locales.

Entre las prioridades de la Estrategia de Acción Exterior está la seguridad de España y sus ciudadanos, la asistencia y protección de los españoles en el exterior y la promoción de los intereses económicos de España en el exterior.

Además, entre las acciones incluidas en la Estrategia de Acción Exterior, en el ámbito del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación se puede destacar, entre otras, la Acción exterior en materia de emigración e inmigración.

Según el documento el problema demográfico de España debe llevar a una política migratoria proactiva, de fomento de la inmigración cualificada, que contribuya al cambio de modelo productivo y sirva de contrapeso a las tendencias demográficas negativas. Junto a ello, se debe seguir perseverando en la política de control de la inmigración irregular, con pleno respeto de los derechos humanos y en cooperación con los países de origen y tránsito.

La cooperación con los países de origen y tránsito de los flujos de migración irregular constituye un elemento clave dentro del enfoque preventivo e integral de la dimensión exterior de la política migratoria. Es necesario también seguir profundizando en la cooperación para el desarrollo con el fin de abordar las causas profundas de la migración, en particular en los países de la ruta migratoria del África Occidental. En la cooperación multilateral, son relevantes los foros de diálogo político. También lo es la participación activa en los instrumentos que potencian las sinergias entre diálogo político, migración y desarrollo, como las Asociaciones de Movilidad.