La reforma del Código Civil para facilitar la nacionalidad a los sefardíes supera su primer obstáculo

Los grupos de La Izquierda Plural y ERC retiraron las enmiendas a la totalidad presentadas al proyecto de ley

El proyecto de ley que facilitará la nacionalidad a los sefardíes de origen español -descendientes de los judíos expulsados de la península en 1492- sin necesidad de residir en España superó el pasado 20 de noviembre su primer trámite parlamentario después de que la Izquierda Plural y ERC hayan retirado sus enmiendas de totalidad.

Ambos grupos pedían que se incluyera en el proyecto a los nietos de españoles que no pudieron acogerse a la Ley de Memoria Histórica, así como a los moriscos y saharauis. Sin embargo, el ministro de Justica, Rafael Catalá Polo, defendió que la concesión de la nacionalidad a los sefardíes tiene ya un valor de suficiente identidad como para no mezclarlo con otras peticiones. “El expediente sefardí -la cuestión nuclear del proyecto de ley- encierra, en nuestra opinión, enjundia suficiente como para protagonizar por sí solo una norma como la que hoy debatimos”, señaló.

También quiso dejar claro que “nadie ha pretendido con esta iniciativa parlamentaria buscar un agravio ni llevar a cabo una regulación completa del derecho de la nacionalidad”.

El titular de Justicia consideró que la ley viene a reparar un «agravio histórico» al otorgar la nacionalidad por carta de naturaleza, que se aplica en circunstancias «excepcionales», a los descendientes de quienes fueron expulsados hace 500 años por un edicto de los Reyes Católicos, y que además no tendrán que renunciar a su anterior nacionalidad.

Hasta ahora los sefardíes podían adquirir la nacionalidad con dos años de residencia, con lo que se equiparaba su situación a la de otros países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal, según ha recordado el ministro durante el debate al que ha asistido desde la tribuna de invitados el presidente de la Federación de las Comunidades Judías, Isaac Querub.

Según los datos aportados por el ministro, en los últimos ocho años se ha concedido la nacionalidad por residencia a 107 sefardíes, mientras que 746 la han obtenido por carta de naturaleza, lo que implica «de hecho y de derecho» el reconocimiento «implícito» de la especial condición de sefardí.

Con esta ley, quienes acrediten su condición y vinculación con España tendrán tres años para expresar su deseo de obtener la nacionalidad española y el procedimiento para tramitar su petición será electrónico a través de una plataforma que permita una gestión ágil de los expedientes.

Debate

En el debate el diputado de La Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, se refirió a la necesidad de dar una solución a los nietos de emigrantes españoles y también abogó por la elaboración de una ley de nacionalidad.

La diputada del PSOE, Carmela Silva, pidió al Gobierno que fuese más ambicioso y elaborase una ley de nacionalidad y diese respuesta a quienes no pudieron acogerse a la Ley de Memoria Histórica. “No podemos entender que no estén planteando establecer un procedimiento que permita obtener la nacionalidad a aquellos descendientes de emigrantes que no se contemplaron en las leyes por las que hoy nos regimos”, afirmó.

Silva se refirió al acceso a la nacionalidad de los descendientes de mujeres españolas, las cuales no transmitían la nacionalidad, cuando se casaban con un extranjero, hasta la aprobación de la Constitución de 1978 y también a la eliminación del plazo para optar por la nacionalidad de los hijos de quienes la recuperan, a la opción de los descendientes de quienes se vieron obligados a renunciar a la nacionalidad española, y a la situación de los hijos mayores de edad de quienes adquirieron la nacionalidad por la Ley de Memoria Histórica.

La representante del PSOE anunció que durante la tramitación del proyecto presentarán enmiendas parciales para dar una solución a los nietos de emigrantes que sienten “rabia, indefensión, discriminación”. “Estos emigrantes se sienten españoles. Han vivido y se han educado en su ámbito familiar manteniendo fuertes vínculos con España. Conocen nuestra cultura. Nuestro idioma es su idioma. Siguen los acontecimientos de nuestro país y no entienden que las lagunas jurídicas de nuestra legislación les impidan poder adquirir la nacionalidad”.

Asimismo, expresó su deseo de que el Grupo Pouplar “sea sensible a estos argumentos” y advirtió que “si ustedes no lo hacen saben que estarán cometiendo una injusticia y, además tendrán que dar muchas explicaciones, porque ustedes se han comprometido en multitud de ocasiones a cumplir con las demandas de estos supuestos que hoy aquí ha mencionado el Grupo Socialista”.

Para el PP las propuestas presentadas deberían articularse a través de otras iniciativas parlamentarias o como enmiendas de adición al proyecto de ley. “Desde luego hay otros temas importantes sobre los que mi grupo tiene la mejor disposición para abordar y dialogar, pero en modo alguno deben restar la sustantividad y la importancia propia del texto”, afirmó el diputado Gabriel Elorriaga.

Además, afrimó tajante que “no compartimos en absoluto” que la materia de la nacionalidad deba tratarse fuera del Código Civil, como sería con una ley específica.

Finalizó su intervención manifestando “mostrando la mejor disposición del Grupo Parlamentario Popular para alcanzar cuantos acuerdos sean precisos y necesarios para obtener el máximo apoyo final posible para esta norma”.