Con la ley en la mano

Los ataques al honor, la imagen…en internet

Por Ricardo Martínez Barros

“…El ser humano, tan inteligente, ha creado tres grandes monstruos que se le han escapado de las manos: la tecnología, la política y la economía. Operan en el mundo globalizado de manera autónoma y fuera del control de cualquier grupo humano…” Y tiene toda la razón el escritor y catedrático mexicano Alvaro Ancona cuando así se manifiesta.

Escribo de madrugada pensando si la enferma española de ébola, Teresa Romero, va a ser capaz de superar su enfermedad. Y pienso sobre el egoísmo y materialismo de unas industrias farmacéuticas, y de unos gobiernos, y de unas organizaciones mundiales que sólo se preocupan de esta “peste negra” cuando les afecte directamente a ellos y a sus mascotas.

Es el mismo comportamiento que encontramos con los problemas de la emigración. A la falta de coordinación entre Administraciones, se suma la carencia de un programa serio que atienda las necesidades de unos seres que sufren mucho y protestan poco. Leíamos hace unos días en este mismo periódico: “Hacienda deja a miles de gallegos emigrados sin las deducciones para pagar herencias» Se premia más a los de aquí que a los de alli ¿Qué ayudas o compensaciones tiene un emigrante español que ha ayudado a crecer nuestro PIB y a disminuir la bolsa del paro? Ninguna. Más bien puede que esté sometido a la “doble imposición” o tenga que dar cumplida cuenta de los ahorros que ha canalizado hacia España, generando empleo y riqueza. Es difícil, lo sé, el arbitrar medidas globales y bajo principios de igualdad universal. Pero no imposible. Cuestión diferente es si esto le interesa a los “monstruos” de la economía y de la política

El otro “monstruo” del que nos habla Ancona es la “tecnología” ¿Quién controla a Internet? ¿Cómo se persigue a los que, mediante Internet y las redes sociales, atacan al  honor, imagen, intimidad de una persona? ¿Qué instrumentos jurídicos fiables son los que permitirían localizar al autor y proceder a su castigo e indemnización a la víctima?  Los niveles de protección que se reclaman para los Derechos de la Personalidad y las Libertades de Expresión e Información están supeditados a la enorme presión que ejerce el lobby de los grandes grupos de medios de comunicación sobre los Estados. Y estos, como el caso paradigmático de la UE, se ven maniatados por las profundas diferencias entre ellos, hasta el punto de que en el Reglamento 864/2007 del Parlamento europeo y del Consejo de 11 de julio de ese mismo año excluyó esa materia del ámbito de su aplicación.

Si ahora mismo, a través de Internet, un emigrante español en Italia atacase el honor, la intimidad de un emigrante español en Argentina o en Sierra Leona ¿qué legislación se aplicaría? Evidentemente, se buscaría la legislación nacional más favorable. Pero, una vez, obtenida la resolución condenatoria, ¿cuáles son los instrumentos jurídicos adecuados y consistentes para lograr esa indemnización? Y ¿qué capacidad habría para frenar el ataque mediático? Muy poca o ninguna. No existe el control global, como no existe la Medicina Universal, ni la Justicia Universal.   

Cierto que no se puede decir que exista INDEFENSION. No, lo que existe es una descoordinación y falta de medidas más realistas y severas que protejan al ofendido o lesionado.

Me preocupa que esa  falta de control en los “tres monstruos” que arriba señalamos, acabe devorando la propia inteligencia de quien los ha creado.