“…El ser humano, tan inteligente, ha creado tres grandes monstruos que se le han escapado de las manos: la tecnología, la política y la economía. Operan en el mundo globalizado de manera autónoma y fuera del control de cualquier grupo humano…” Y tiene toda la razón el escritor y catedrático mexicano Alvaro Ancona cuando así se manifiesta.
Escribo de madrugada pensando si la enferma española de ébola, Teresa Romero, va a ser capaz de superar su enfermedad. Y pienso sobre el egoísmo y materialismo de unas industrias farmacéuticas, y de unos gobiernos, y de unas organizaciones mundiales que sólo se preocupan de esta “peste negra” cuando les afecte directamente a ellos y a sus mascotas.
Es el mismo comportamiento que encontramos con los problemas de la emigración. A la falta de coordinación entre Administraciones, se suma la carencia de un programa serio que atienda las necesidades de unos seres que sufren mucho y protestan poco. Leíamos hace unos días en este mismo periódico: “Hacienda deja a miles de gallegos emigrados sin las deducciones para pagar herencias» Se premia más a los de aquí que a los de alli ¿Qué ayudas o compensaciones tiene un emigrante español que ha ayudado a crecer nuestro PIB y a disminuir la bolsa del paro? Ninguna. Más bien puede que esté sometido a la “doble imposición” o tenga que dar cumplida cuenta de los ahorros que ha canalizado hacia España, generando empleo y riqueza. Es difícil, lo sé, el arbitrar medidas globales y bajo principios de igualdad universal. Pero no imposible. Cuestión diferente es si esto le interesa a los “monstruos” de la economía y de la política
El otro “monstruo” del que nos habla Ancona es la “tecnología” ¿Quién controla a Internet? ¿Cómo se persigue a los que, mediante Internet y las redes sociales, atacan al honor, imagen, intimidad de una persona? ¿Qué instrumentos jurídicos fiables son los que permitirían localizar al autor y proceder a su castigo e indemnización a la víctima? Los niveles de protección que se reclaman para los Derechos de la Personalidad y las Libertades de Expresión e Información están supeditados a la enorme presión que ejerce el lobby de los grandes grupos de medios de comunicación sobre los Estados. Y estos, como el caso paradigmático de la UE, se ven maniatados por las profundas diferencias entre ellos, hasta el punto de que en el Reglamento 864/2007 del Parlamento europeo y del Consejo de 11 de julio de ese mismo año excluyó esa materia del ámbito de su aplicación.
Si ahora mismo, a través de Internet, un emigrante español en Italia atacase el honor, la intimidad de un emigrante español en Argentina o en Sierra Leona ¿qué legislación se aplicaría? Evidentemente, se buscaría la legislación nacional más favorable. Pero, una vez, obtenida la resolución condenatoria, ¿cuáles son los instrumentos jurídicos adecuados y consistentes para lograr esa indemnización? Y ¿qué capacidad habría para frenar el ataque mediático? Muy poca o ninguna. No existe el control global, como no existe la Medicina Universal, ni la Justicia Universal.
Cierto que no se puede decir que exista INDEFENSION. No, lo que existe es una descoordinación y falta de medidas más realistas y severas que protejan al ofendido o lesionado.
Me preocupa que esa falta de control en los “tres monstruos” que arriba señalamos, acabe devorando la propia inteligencia de quien los ha creado.