La Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina presenta la 41º edición del curso de gallego-portugués

Los alumnos participantes tienen un perfil muy variado y son, la mayoría, descendientes de gallegos

En el curso hay un lleno absoluto.
Las clases de gallego-portugués son impartidas en la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina.

Este ‘alud inesperado’ de alumnado ha obligado a los organizadores a improvisar ya que no contaban con una acogida tan numerosa.

“Estrenábamos un espacio nuevo, perfecto, generosamente preparado, que vino a resultar insuficiente. Casi me sentí culpable de la sorpresa. Sentimientos mezclados“, comenta el profesor.

Los alumnos participantes tienen un perfil muy variado, pues son de diferentes edades y sexo, pero se trata, en su mayoría, de nietos de gallegos, aunque también acuden curiosos sin vínculos familiares.

Este dato viene a reafirmar la idea de que la galleguidad late con muchísima fuerza en las terceras generaciones de gallego-argentinos.

El curso hace una aproximación a la lengua gallego-portuguesa de la Galicia actual según la modalidad reintegrada de 1990 y, durante los seis meses de duración que tiene la formación, los alumnos reciben nociones gramaticales y de ejercitación, realizan análisis y traducciones de textos variados, al tiempo que se aproximan a la cultura kallaikia céltica, siempre acompañados por una de las personalidades más destacadas de la lingüística gallego-portuguesa.

La enorme demanda es una gran noticia para la iniciativa patrocinada por la Asociación Civil ‘Amigos do Idioma Galego’ que se imparte cada sábado, desde hace más de cuatro décadas en las instalaciones de la Federación.

Estos buenísimos resultados de convocatoria dejan claro que el interés por el gallego sigue latente en la quinta provincia.
Martínez Estévez asegura que no sabe el motivo de este  masivo interés por el gallego pero sospecha que “en un momento político de mayor crisis económica y social en donde los argentinos están entrenados por la experiencia, la gente pone su esperanza en la tierra de los antepasados, donde hay horizonte de cambio“. “También lo hay aquí“,- asegura-, “pero poner distancia atenúa el dolor presente“.

“Hay una especie de psicoanálisis colectivo para recobrar el orgullo de la cultura de origen, hay interés de conocer mejor algo grande y difuso, hay voces del inconsciente que claman sordamente y hay que escuchar”, sostiene el responsable del curso.

Esta formación se centra en una versión reintegrada del gallego que, no obtante, no asusta a los asistentes.