Rueda y Miranda participan en Vila de Cruces en el descubrimiento de la réplica del primer coche argentino, hecho íntegramente por un emigrante de la localidad

El municipio natal de Manuel Iglesias homenajea así al precursor del clúster automovilístico argentino

Un momento del acto.
Autoridades que acudieron a Vila de Cruces.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez González; el secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda; el delegado Territorial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, José Manuel Colores Tourís; el alcalde de Vila de Cruces, Jesús Otero; y otras autoridades autonómicas y locales, participaron el pasado 23 de julio en el descubrimiento de la réplica, en hierro, del primer automóvil fabricado íntegramente en la República Argentina, realización del emigrante Manuel Iglesias, emigrante gallego que había nacido en la citada localidad pontevedresa.

También estuvieron presentes representantes de la diáspora de Vila de Cruces y de Galicia en general residentes en el país austral. Así, en los actos oficiales participaron el presidente de la Asociación Unión de Residentes del Ayuntamiento de Carbia -hoy Vila de Cruces- en Argentina, Germán Sesto, y el directivo de esta entidad Adonis Pampín, además del propio creador de la réplica inaugurada, Walter Melo.

En su alocución, Rueda y Miranda destacaron la importancia de la huella histórica que los gallegos han dejado en los países donde se asentaron, exponente del cuál es el invento de Manuel Iglesias que marcó una página de oro en la historia argentina. Para el secretario xeral da Emigración, “es también un representante singular del espíritu que impregna la historia, igualmente con mayúscula, de nuestra diáspora. En este justo, oportuno y merecido homenaje de su Ayuntamiento quiero ver, y veo, un reconocimiento y agradecimiento de todo el pueblo gallego a todos los paisanos y paisanas que con su sacrificio personal más allá del territorio ayudaron a construir la Galicia moderna y próspera que hoy desfrutamos, pero también aportaron su importante grano de arena en el progreso y prosperidad de los países y naciones a los que llegaron y en los que ya nacieron el 70% de los actuales gallegos residentes en el extranjero”.

Una historia peculiar

Manuel Iglesias, quien había llegado a Argentina en 1884, aprendió el oficio de carpintero y entró como empleado del Ferrocarril Central Argentino, en el que permaneció hasta su jubilación, en 1924. Con el comienzo del siglo XX, en 1903, Iglesias pidió el traslado a la ciudad de Campana seducido por el desarrollo y avance tecnológico de esta. Comenzó así su gran aventura: durante cuatro años, robándole horas al descanso, concretó su sueño, un automóvil construido con sus manos tornillo a tornillo y engranaje a engranaje.

Todas las piezas fueron realizadas por Manuel Iglesias. El rodado era artesanal, con puntos de fricción absorbidos por piezas de bronce a medida. La carrocería estaba constituida por un asiento de madera con capacidad para dos personas. El arranque del motor era por medio de una manivela, no tenía acelerador, el regulador de revoluciones por minuto mantenía un régimen constante de 400 vueltas y la velocidad que alcanzaba era de unos 12 km/h.

Para poder sacarlo de su casa, tuvo que pedirle ayuda a un vecino, Francisco Castronuovo, que accedió a derrumbar parte de un muro para lograrlo. El vehículo recibió el apodo de ‘mataperros’, por propinar más de un disgusto a los perros que se espantaban por el ruido a su paso.

Manuel Iglesias murió ignorando la trascendencia de su obra, a pesar de que esta había sido requerida polo Museo de la ciudad de Luján, lo que rechazó por no considerarse digno de tal honor. Fue su hijo, Juan Carlos Iglesias, el responsable de conservar el automóvil en excelentes condiciones y el ingeniero Arnoldo Lucius el que fue su guía en la investigación que culminó con su reconocimiento.

Pasado el tiempo, el municipio de Campana -que sigue siendo un importante polo de desarrollo industrial en el norte argentino y epicentro del clúster automovilístico del país- hizo el justo reconocimiento a este precursor gallego, poniendo su nombre al museo local.

Hermanamiento con Campana

El citado municipio argentino está considerado oficialmente “cuna del automóvil nacional” y a su alrededor se ha desarrollado una importante red de industrias auxiliares del sector, e incluso están radicadas dos fábrica de marcas automovilísticas orientales. Asimismo, registra un importante tráfico portuario, relacionado de manera muy mayoritaria con el mismo sector, y sus instituciones participan activamente en la agencia, de participación pública y personal, que se encarga de explorar todas las posibilidades industriales.

En diciembre de 2014, Rodríguez Miranda, en compañía de los directivos de la Unión Federación de Sociedades Gallegas en Argentina, cursó una visita oficial al Municipio de Campana, donde fue recibido por las máximas autoridades locales. Miranda les agradeció su inestimable colaboración para el evento de la primera edición del ‘Buenos Aires celebra Galicia’, pues la institución local argentina cedió, para su exhibición, el original primer coche construido por Iglesias, el emigrante de Vila de Cruces, villa que está por esta causa oficialmente hermanada con la argentina.

Celebraciones

Los actos de inauguración de la réplica incluyeron actuaciones musiciale, como la interpretación de una pieza musical por parte del Grupo de Música Tradicional ‘A broma de Carbia’, la interpretación del himno de Vila de Cruces por el tenor Cesáreo Torres y la de los himnos oficiales de Galicia, España y Argentina por parte de la Banda Artística de Merza. La jornada concluyó con un almuerzo de confraternidad.