Rueda acude a la entrega de la Medalla de la Emigración a seis gallegos residentes en la capital uruguaya

El vicepresidente de la Xunta destacó la capacidad de los emigrantes para integrarse en el país de acogida sin olvidar su tierra de origen

Los homenajeados posan con sus medallas junto a las autoridades.
Alfonso Rueda entregó la Medalla a un emocionado Manuel Barros.
Vista del auditorio.
Rodríguez Miranda entregó la Medalla a Eliseo Rivero.
El embajador Roberto Varela le entregó la Medalla de la Emigración a la viuda de José Mouriño.
Alfonso Rueda se dirige a los asistentes al acto.
La nieta de José Arijón recogió la Medalla para su abuelo de manos de Aurelio Miras Portugal.

El vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, el director general de Migraciones del Gobierno de España, Aurelio Miras Portugal, el secretario xeral da Emigración del Ejecutivo gallego, Antonio Rodríguez Miranda y el embajador de España en Uruguay, Roberto Varela, junto al consejero de Empleo y Seguridad Scial, Andrés González Murga, entregaron el jueves 8 de octubre las Medallas de Honor de la Emigración a seis ciudadanos españoles ilustres de la colectividad por prestar destacados servicios a los emigrantes españoles en Uruguay.

La ceremonia tuvo lugar en el Centro de Formación de la Cooperación Española, una vieja casa reformada ubicada en la ciudad vieja montevideana. Ante un gran número de emigrantes y descendientes, el consejero de Empleo, Andrés González Murga, y el director del Centro de Formación, Manuel de la Iglesia-Caruncho, oficiaron como moderadores leyendo los antecedentes de los homenajeados y la resolución de tan magna distinción.

La Medalla de Honor de la Emigración, que otorga el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, fueron concedidas a José Arijón Rama, expresidente de Casa de Galicia; José María García Álvarez, expresidente de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos; Manuel Rodiño Buceta, expresidente del Hogar Español; a quien fuera el delegado de la Xunta de Galicia, además de presidente de la Cámara Española de Comercio, Manuel Barros Rivadulla, y a quien fuera presidente del Centro Ourensán y fundador de la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay, además de directivo del Hogar Español, Eliseo Rivero Freire. La viuda del exgerente de Casa de Galicia, José Manuel Mouriño -fallecido el pasado 15 de septiembre, justamente el día anterior a que estuviese prevista la entrega de estas medallas- recibió la distinción otorgada a su marido a título póstumo.

La emoción de la nieta de Arijón, que recibió la distinción ante la ausencia de su abuelo, quedó demostrada en el agradecimiento y orgullo que sentía en poderle llevar la medalla a él. También fue emotiva la intervención de los otros integrantes de este sexteto que recibieron sus preseas, inclusive el silencio que las lágrimas emocionadas le provocó al capitán Manuel Barros, que no pudo continuar con su discurso.

Aunque, sin duda alguna, el momento que más conmovió a todos los presentes que estallaron en un aplauso fue cuando el embajador Varela le entregó a la viuda de José Manuel Mouriño su medalla. Si bien ella agradeció el reconocimiento en su nombre, las lágrimas le impidieron continuar junto con el aplauso del auditorio que no cesó hasta que en un emocionante abrazo con sus hijos encontró el sosiego a tanto dolor.

El director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, indicó que “no es fácil hablar de quien ya no lo tenemos con nosotros”, Jose Mouriño, “que representa la galleguidad”, señalando a todos los distinguidos como importantes en la vida de la colectividad.

Aseguró que “los españoles en el mundo somos singulares, si no observen las instituciones de ayudas mutuas, de beneficencia, perviven desde hace más de ciento cincuenta años, pero sabéis porque es eso, porque somos únicos”. Destacó que “España es el único en el mundo que le da la ayuda a los españoles (emigrantes) carenciados que después de los 65 años reciben una pensión asistencial”. Recordó que “he sido conselleiro de Emigración en Galicia con Manuel Fraga Iribarne quien decía que lo mejor de España está afuera”, recibiéndose a los emigrantes.

Por su parte el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, recordó el dolor que sintieron los emigrantes que tuvieron que salir de España, aunque señaló que se lograron integrar en sus países de acogida, donde trabajaron y formaron su familia, pero nunca se olvidaron de su España.