«Si bien todavía persisten varios problemas, estamos demostrando que el Centro Gallego merece ser salvado y que si no fuera por la intervención ya habría cerrado sus puertas», afirmó La Blunda

Dos Pancartas con reclamos de un grupo de trabajadores del hospital a La Blunda fueron depositadas al pie de los bustos de Castelao y Rosalía de Castro.
La Blunda expresó su satisfacción por la gran cantidad de público que asistió al acto organizado por el Centro Gallego.

La programación del acto previsto en el Centro Gallego de Buenos Aires para celebrar el Día de Galicia se vio alterada por el reclamo de un grupo de trabajadores del hospital de la institución, lo que motivó la suspensión de la colocación de las ofrendas florales ante los bustos de Rosalía de Castro y Castelao ubicados en el hall de entrada de la casa (en los que fueron depositados a sus pies pancartas con duros mensajes a la intervención en vez de los arreglos florales) y la ‘pasarrúa’ desde allí hasta el Teatro Castelao, de la que iban a participar los conjuntos artísticos y el público presente.

Entre los motivos principales del reclamo, los manifestantes exigían el pago del aguinaldo y de sus sueldos en tiempo y forma, ya que desde hace varios meses los vienen cobrando en cuotas.

En declaraciones exclusivas a España Exterior,  La Blunda recalcó que los manifestantes “no son muchos, sólo siete trabajadores de los mil trescientos que hay en el hospital”, y aseguró “no entender” la situación “ya que estamos prácticamente al día, pagando el salario del mes en curso, aunque falta pagar el aguinaldo”.

“La situación es evidentemente difícil -continuó- pero el hospital funciona y está evolucionando bastante bien en relación a cómo estaba cuando nos hicimos cargo de la intervención. Si bien todavía persisten varios problemas, estamos demostrando que el Centro Gallego merece ser salvado y que si no fuera por la intervención ya habría cerrado sus puertas”, aseveró.

Aunque admitió la dificultad que supuso no contar con el tomógrafo durante tres meses, lo cual resintió la recaudación, aclaró que la facturación “volvió a subir” y que las perspectivas, “si bien no son excelentes, son de mejoría”.

Así, enumeró que el hospital está funcionando con trescientas camas ocupadas; que se desarrollan más de doce especialidades con títulos de la Universidad de Buenos Aires para médicos residentes; que se realizó el reacondicionamiento de gran parte de las instalaciones; que se sumó la atención a los agremiados de la obra social de los remiseros, y que también se están atendiendo pacientes del PAMI y de los hospitales Garrahan y Posadas, destacando principalmente el buen funcionamiento de las áreas de neonatología y obstetricia.

Entre las principales dificultades, señaló que más allá de la importante deuda que la institución tiene con la Administración Federal de Ingresos Públicos, el problema más grande que tiene el Centro Gallego es que tan sólo cuenta con nueve mil asociados, lo que dificulta que la institución sea rentable, por lo que finalizó: “Necesitamos que cada socios consiga otro socio”.