El secretario de la Federación, Eduardo Alonso, confesó que “hoy cantamos tres veces el himno gallego, pero ojalá que el año que viene volvamos a hacerlo, si es mejor pues bien, pero si es igual a como lo hicimos hoy ya estoy contento”, mostrando así su alegría con la participación de todas las instituciones en los actos y en el proceso que vienen manteniendo para conseguir la unión de las entidades, ahora obligados por la nueva ley de galeguidad.
Pero los festejos del mes de Galicia comenzaron en sí con fiestas julianas en las distintas instituciones, algunas inclusive en los mismos horarios como el Patronato da Cultura y el Centro Gallego el pasado viernes, aunque sin embargo los festejos que coordinaron todas las asociaciones en la Federación, el domingo 27 de julio, tuvieron el apoyo y participación total.
Por la mañana, fue la Plaza de Galicia en la rambla montevideana a orillas del Río de la Plata, quién recibió a la colectividad representada por parte de la Banda de Gaitas Irmandade del Centro Valle Miñor (ya que muchos de sus jóvenes integrantes están en los campamentos en Galicia), a una representación de funcionarios de Casa de Galicia, y a los distintos directivos de las instituciones.
También actúo la Banda de Parada de la Armada uruguaya, que interpretó varios temas además de los himnos españoles y uruguayos, pero su directora –Natalia Sanabria- acompañó como gaitera a la banda Irmandade.
En la plaza, Carlos Barcia, el presidente de la Federación agradeció a las autoridades presentes, embajador Roberto Varela y Jefe de Sección Laboral Brindis Álvarez, a la presidenta de la Federación de Instituciones Españolas Rosita Lladó, y a los delegados y público en general, “a esta convocatoria en la Plaza de Galicia, lugar cargado de simbolismo en Montevideo que perpetúa la memoria de nuestro pueblo y su tierra, con identidad propia, idioma, cultura y costumbre.
Formamos parte de la diáspora extendida por todo el planeta, afincados en Uruguay, generoso país que nos abrió las puertas en donde formamos nuestros hogares y familias, donde ha transcurrido gran parte de nuestras vidas”.
Barcia precisó también que “jamás olvidamos nuestro origen, manteniendo encendida la antorcha ancestral de un acervo cultural muy arraigado en costumbres y tradiciones. Quienes nos precedieron crearon una vida asociativa organizada en base a estos principios que componen esta Federación.
Nos toca vivir momentos trascendentes para esa vida institucional y su supervivencia en el marco de potenciar y perpetuar la galeguidade mediante una nueva ley aprobada en el Parlamento Autonómico que nos vincule a Galicia. En ello nos va el futuro” afirmó Barcia, quien explicó que “el futuro son nuestros centros creados por esas generaciones de emigrantes gallegos, instituciones que hoy conservamos con esfuerzo y dedicación”, aseguró.
Luego fue el embajador Roberto Varela quien habló en la Plaza confesando que “viendo el mar por donde llegaron los gallegos (emigrantes) uno no deja de emocionarse”, recordando también en forma sentida a las víctimas del accidente ferroviario de Angrois del que señaló “que está vinculado para siempre a esta fecha tan significativa, tan llena de simbolismo, tenemos que superarla y seguir adelante como lo hicieron todos ustedes superando todas las dificultades”.
Por otra parte, agradeció “la hospitalidad del pueblo uruguayo, a la banda de la Armada cuya directora también forma parte del grupo de gaitas, lo cual es bastante más que simbólico”, precisando en otro sentido que “se hizo referencia a la ley de galeguidade, creo que es buena, que va a garantizar la permanencia y continuidad del espíritu de Galicia.
El espíritu de Galicia es el empresariado, es nuestra lengua, nuestra cultura, y ojala haya un futuro, estoy seguro que lo habrá porque todos trabajamos para que lo haya”, afirmó.
Luego se colocó por parte de Barcia y Alonso, acompañados por el embajador Varela, una ofrenda floral al pie del busto de Rosalía de Castro, coronando el acto la banda de gaitas que provocó con su música que varios emigrantes se animaran a bailar.
La jornada continuó al mediodía en la Catedral Metropolitana de Montevideo donde como hace décadas se celebró una misa en lengua gallega presidida por el padre Aurelio Vázquez, emigrante gallego que lleva más tiempo en estas tierras que en su nativo “chan”.
Organizada por el Patronato da Cultura Galega, con la participación especial de su coro dirigido por Francisco Antelo, la celebración llama la atención a los turistas que recorren la iglesia durante la misa, muchos de ellos brasileños que preguntaban en qué idioma hablan porque era muy parecido al suyo.
A ésta celebración se agrego el Cónsul Eduardo de Quesada, quien en las próximas semanas dejará el país para continuar su carrera en Asia.
Luego fue el Centro Ourensano, quien cedió gratuitamente sus instalaciones para que se desarrollara allí el “Xantar de Irmandade” que contó con la presencia además de una orquesta que animó a los emigrantes presentes a recordar las fiestas del verano de su tierra en una gélida tarde montevideana.