El objetivo del acuerdo es facilitar la colaboración pública en el programa de actividades culturales, artísticas, educativas o investigadoras que se planteen, en cuyo desarrollo y promoción participará la Junta.
En su intervención tras la firma del protocolo, el presidente destacó la unidad de todos los actores que hace ocho siglos permitieron la construcción de la catedral, algo que debe servir de ejemplo para la unión de todas las instancias que participan en la organización de la efeméride.
Herrera rememoró las actuaciones que desde el año 1995 han venido desarrollándose en el proceso de restauración del templo y que, según señaló, se han convertido en paradigmáticas en la política moderna de recuperación y restauración del patrimonio. Especialmente al haber activado la participación de todos, ya que ha supuesto la implicación ciudadana, social y de colaboración entre entidades públicas y privadas, y de ejercicio del mecenazgo “más responsable”.
En este sentido, el presidente recordó que la última gran obra de este proceso será la restauración del trasaltar y los relieves de Vigarny, para lo que la Junta de Castilla y León ha firmado ya un convenio con el Arzobispado y el Cabildo. Estos trabajos se iniciarán en 2018 y finalizará en vísperas de 2021.
Por último, el presidente Herrera quiso enfatizar la importancia que esta efeméride supone y que es necesario aprovechar para potenciar la Catedral de Burgos como uno de los principales referentes patrimoniales, culturales y turísticos de Castilla y León, de España y de Europa. La importancia religiosa, histórica y arquitectónica que atesora es incuestionable y por ello también es un recurso excelente que además puede servir como elemento revitalizador de la ciudad de Burgos y del conjunto de la Comunidad, incidió.