Aprobado un plan estratégico para las personas con discapacidad dotado con 752 millones de euros

Busca el desarrollo integral al pasar de un modelo asistencial a otro basado en derechos

La consejera Portavoz, Milagros Marcos, y la de Familia, Alicia García.

El plan se enfoca en un modelo de atención centrado en la persona desde una perspectiva integral, continua y permanente durante toda la vida, sin olvidar su entorno familiar, social y comunitario. 

Supone un nuevo hito en la atención a las personas con discapacidad en Castilla y León, al pasar de un modelo asistencial a un modelo en clave de derechos basado en las necesidades de cada persona y en su proyecto de vida, desde una perspectiva de atención integral, a lo largo de todo su ciclo vital y desde un enfoque que tiene en cuenta, no sólo a la propia persona con discapacidad, sino al resto de agentes con los que interactúa en el entorno social próximo. 

Beneficiará a las casi 169.000 personas con discapacidad que viven en Castilla y León, a sus familiares y a las entidades que les apoyan y les atienden, para lo que va a contar con una dotación presupuestaria de casi 752 millones de euros para el periodo fijado.

El plan se estructura en dos grandes categorías: la que se ocupa de la persona con discapacidad y la que se ocupa de su entorno social y desarrolla 195 medidas organizadas en once ejes estratégicos. Cuenta con cuatro herramientas fundamentales: el proyecto de vida integrado, los itinerarios vitales, la apuesta por el empleo y el asistente personal.

El Plan Estratégico va a dar un nuevo impulso a la calidad de vida de las personas con discapacidad y a sus familiares ofreciendo una vida con mayor autonomía e integración y más activa y participativa. Para ello, el Plan cuenta con cuatro herramientas esenciales: el proyecto de vida, el itinerario vital, la apuesta por el empleo y la asistencia personal.

La primera herramienta clave del Plan Estratégico es el ‘proyecto de vida integrado’, como elemento de partida y principal en la atención y apoyo a las personas. Tiene en cuenta el contexto, las necesidades y preferencias personales de las personas con discapacidad a lo largo de su ciclo vital y posibilitará que la persona tome sus propias decisiones, contando con los apoyos oportunos orientados a la calidad de vida y a la participación comunitaria.

La segunda herramienta clave es el ‘itinerario vital’, como instrumento flexible que garantiza la continuidad de la atención. Se establecen itinerarios para la educación inclusiva, para la formación y el empleo, para la autonomía en el hogar y para la participación comunitaria. Y, como novedad, itinerario para el envejecimiento activo, con planificación regional.

La apuesta por el empleo es la tercera herramienta e impregna todo el Plan. Elemento fundamental que sustenta el modelo de atención como mejor forma de promover la vida independiente y la integración social de las personas con discapacidad. Y en consonancia con el Plan Autonómico de Inserción Sociolaboral 2016-2020 que incluye medidas para las personas con discapacidad. 

La cuarta de las herramientas es la del asistente personal, como figura clave para la integración social y también como herramienta para la empleabilidad de las personas con discapacidad.

El Plan se estructura en torno a dos categorías de actuación que están interrelacionadas: la persona y su familia y el entorno social.