La Casa de Zamora en la capital cubana conmemoró el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús

Con una conferencia magistral sobre la vida y obras de esta destacada figura castellana

Mª de los Ángeles Rabanillo presentó a la conferenciante.
Vista parcial del salón de actos de la Casa de Zamora.

El V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús traspasa fronteras y su aniversario llegó hasta la capital cubana para celebrarlo por todo lo alto.

Así, el pasado 29 de marzo se reunieron en la Casa de Zamora más de un centenar de sus asociados para disfrutar de una conferencia magistral sobre la vida y obra de esta gran mujer que impartió María A. Pérez Guardamino, directiva e historiadora de la Agrupación de Sociedades Castellanas Leonesas (Ascyl). La presentación estuvo a cargo de la presidenta de la Comisión de Mujeres de la Colonia Zamorana de Cuba, Mª de los Ángeles Rabanillo.

El 28 de marzo de 1515, hace 500 años, nació Santa Teresa de Jesús, “un terremoto universal con epicentro en Castilla y León, provincia de Ávila, hija de Alonso Sánchez y Beatriz de Ahumada. Se convirtió en maestra de obras en la construcción de los conventos, aparejadora, contratista, administrativa, financiera, técnica en mercadotecnia, directora de recursos humanos y cazatalentos al seleccionar las monjas, transportista y moza de mudanzas”.

En la exposición quedó evidenciado como Santa Teresa de Jesús fue capaz de crear una voz y un mundo propios en una sociedad donde la mujer  no era para nada tomada en cuenta. Fue una religiosa valiente que luchó por sus sueños de reforma y cuyos mensajes místicos la convirtieron en la primera mujer Doctora de la Iglesia.

El reconocimiento de su persona en esta Isla se evidencia desde la fundación de la Sociedad Castellana de Beneficencia en 1909, cuando se declaró por reglamento a Santa Teresa de Jesús como Patrona de la Sociedad. De igual manera sucedió en el Centro Castellano y el Centro de Salud, conocido como la Quinta Castellana. Se determinó, además, que todos los años se debían realizar actividades para conmemorar su fallecimiento en los días cercanos al 15 de octubre. Casi hasta nuestros días los recibos de pagos de dichas sociedades llevaban impresa la imagen de la Santa.

Para cerrar la actividad con broche de oro, los presentes deleitaron con la lírica de Santa Teresa de Jesús, al escuchar su poema ‘Nada te turbe’. 

No pudo ser mejor la ocasión para celebrar y felicitar a las Mujeres presentes por el Día Internacional de la Mujer  Trabajadora.