«Aunque tuvimos que abandonar Castilla-La Mancha hace muchos años, estamos muy orgullosos de la importante evolución que ha sufrido»

Barreda compartió una jornada con los presidentes de las Casas de Castilla-La Mancha en Madrid

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, posa junto a los presidentes de las Casas regionales en la comunidad de Madrid durante su visita a la Casa de Castilla-La Mancha, en Getafe tras su remodelación.

Todos los presidentes de las Casas de Castilla-La Mancha en la Comunidad de Madrid reconocieron sentirse muy orgullosos de la evolución que ha sufrido su tierra en los últimos años. Así se lo trasladaron al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que, junto al director general de la Presidencia, Luis Miguel Maza, pudo compartir con ellos unas horas durante las que intercambió impresiones acerca del pasado, presente y futuro de la Región.

 Antonio Arévalo, de Miguelturra, lleva ya 35 años en Alcalá de Henares, donde es presidente de la Casa de Castilla-La Mancha. “Hay nueve casas regionales en Alcalá y la de Castilla-La Mancha es una de las más grandes, con unos 1.300 socios, y nuestro objetivo es mantener las tradiciones de nuestra Región y trasladarlas a la ciudad que nos acoge”.

El presidente de la Casa de Castilla-La Mancha en Alcalá aseguró que todos los socios del centro están muy al tanto de la evolución que está sufriendo Castilla-La Mancha, una Región que, dijo, “no se parece en nada a cuando nosotros la abandonamos”. Asimismo destacó la importancia de ser un vínculo entre el propio Gobierno autónomo y los paisanos que un día tuvieron que salir de su propia tierra para labrarse un futuro.

También Manuela Clemente, la presidenta de la Casa de Castilla-La Mancha en Alcobendas, reconoce que la Región ha avanzado mucho desde que tuvo que abandonarla, y asegura que para ella “ser castellano-manchega significa todo”. “Cuanto mayor más castellano-manchega me siento, me gusta más mi pueblo, su cultura, sus raíces, y además como las vivo día a día en esta Casa sé que mi tierra es lo que yo más quiero”, señaló.

Clemente agradeció el apoyo del Gobierno regional, sin el que, aseguró, “estos centros no podrían salir adelante”. En este sentido agradeció que, ante cualquier problema, “siempre haya alguien que te apoye”, y destacó la colaboración económica que les permite realizar numerosas actividades “que no serían posibles si no tuviéramos el respaldo de nuestra Comunidad”.

 También la responsable del grupo de bailes regionales en la Casa de Castilla-La Mancha en Getafe, Julia, compartió con el presidente Barreda sus inquietudes y reconoció echar mucho de menos su tierra natal. Sin embargo agradeció poder compartir con sus paisanos diversas actividades en el centro regional, pues “es una buena manera para no echar tanto de menos nuestra Región”.

Con el presidente Barreda también estuvo Olga Alberca, presidenta de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid y presidenta de la Federación de Comunidades Originarias de Castilla-La Mancha en Madrid, que resaltó la importancia de mantener la unidad entre las personas que un día abandonaron su tierra y conservar las costumbres desarrollando diversas actividades.

Coincidiendo con ella, Rosa María Santamaría, presidenta de la Casa de Castilla-La Mancha en Coslada, reconoció no poder olvidarse de sus orígenes, del cariño y del calor de sus paisanos, aunque, afirmó, “gracias a la existencia de los centros regionales nos sentimos arropados porque compartimos tiempo y espacio con gente de nuestra tierra”.

Santamaría aseguró que una Casa Regional es como una “pequeña embajada” de Castilla-La Mancha y agradeció al Gobierno autónomo su apoyo para difundir “nuestros valores, nuestra cultura y nuestras tradiciones”, y hacer que, de esta forma, “la añoranza no sea tan grande”.

En total, en la Comunidad de Madrid viven unos 417.000 castellano-manchegos, de los que aproximadamente 28.000 lo hacen en Getafe. Después de la capital, es, junto a Alcalá y Leganés, el municipio de mayor número de residentes castellano-manchegos.