España Exterior cumple este mes de julio sus primeros veinte años al servicio de los emigrantes españoles que viven en otros países y, por una vez, hay que estar en desacuerdo con la canción de Gardel, cuando decía “que veinte años no es nada”, para afirmar con rotundidad que veinte años es mucho.
Son muchas personas, muchos artículos, muchos acontecimientos, grandes o pequeños, pero nunca insignificantes, los que han quedado impresos en las páginas de papel de España Exterior o su versión virtual de Internet.
Cierto es que se trata de un medio muy especializado, con un perfil de lector también muy especial, pero no olvidemos que sus destinatarios son, nada menos, que los 2,4 millones de españoles que residen en exterior, más los que han retornado y quieren mantener el vínculo o el recuerdo, más los estudiosos de la emigración, más todos aquellos que tienen familia en América, en Australia, o en países europeos, y buscan su imagen en las fotos que publica España Exterior.
Que un medio de comunicación supere las dos décadas de vida ya es un acontecimiento en los tiempos que corren y alcanzar los 900 números también es memorable. Confío en que este medio, que ya se ha vuelto indispensable en tantos hogares de todo el mundo, en tantos centros y asociaciones de españoles, celebre muchos cumpleaños más.
Quienes pensamos que trabajar por nuestros emigrantes es un privilegio, tenemos que apreciar el trabajo del equipo que día a día se ocupa y se preocupa por ellos en España Exterior, una labor meritoria que merece agradecimiento y que siempre ha contado con el apoyo de la Secretaría General de Inmigración y Emigración.
Termino enviando mi reconocimiento y mi sincera felicitación por estos 20 años a Alfonso Sicre González, editor y director, y a todos los redactores, fotógrafos y colaboradores, que hacen posible que España Exterior cumpla su cometido y siga presente en la vida de los emigrantes.