“El económico, por relevancia social, constituye un sector de vital importancia para la promoción del uso de la lengua gallega y por eso es por lo que desde el Gobierno gallego instamos a una apuesta conjunta y decidida por la implantación del idioma en la economía, como valor económico, como señal identitaria y como patrimonio de todos los gallegos y gallegas. Por este motivo, debemos concienciar a las empresas de que el uso de la lengua gallega es rentable en términos económicos, genera empatía con los consumidores y favorece la cordialidad y el afianzamiento en las relaciones comerciales y empresariales”.
Con estos mensajes en un auditorio repleto de profesionales de la lengua abrió el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, el 6 de julio en Carballo el relatorio en el que presentó el ‘Plan de dinamización no tecido económico 2015-2020’ en el marco del ‘XII Curso de verán sobre dinamización lingüística. Traballando en lingua’, que arrancó ese día promovido por la Universidade de A Coruña y por su departamento. En él se analizaron durante dos días la situación del idioma en el sector socioeconómico, los motivos y los factores que la provocan y que pueden ser también claves para mejorarla.
“Se trata del primer plan diseñado para desarrollar las directrices establecidas por el Plan xeral de normalización da lingua galega y avanzar así en la promoción del uso del idioma propio de Galicia desde el sector económico”, recordó García Gómez, al tiempo que destacó que el documento “acordado y completado con las aportaciones de 135 agentes implicados en el sector económico”, “busca reforzar y consolidar el gallego como valor añadido del ámbito empresarial, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras”.
El responsable de Política Lingüística explicó al detalle el contenido del nuevo plan, que aprobará el Consello de la Xunta este mismo mes, “y que articula un total de 84 medidas que incidirán en el incremento del uso del gallego y en su visibilidad desde las 10 áreas que contempla el sector de aquí al año 2020”; “un cronograma de desarrollo y un amplio abanico de medidas y acciones que debemos considerar realistas y asumibles por los actores implicados desde el punto de vista de su puesta en marcha”, puntualizó.
El Plan se fundamenta en las directrices establecidas por el Plan xeral de normalización da lingua galega (2004) que, para el sector cuarto (Economía), establece como objetivos específicos crear conciencia de que el uso del gallego puede favorecer las relaciones laborales, comerciales y bancarias; extender su uso en las relaciones laborales, comerciales y empresariales; y fomentar en los consumidores el hábito de usar y reclamar la atención comercial en gallego.
El contenido de este plan sectorial se articula en 84 medidas con las que incidir en la promoción social de la lengua desde la economía por medio de las 10 áreas en las que se estructura: hostelería, comercio, alimentación, TIC, construcción e inmuebles, banca, asesoramiento e intermediación, agencias de publicidad, área de trabajo y cooperativismo.
El objetivo común pasa por reforzar y aumentar la presencia del gallego en el sector económico, no solo para ampliar los lazos comerciales de las empresas, sino también para generar un efecto multiplicador -por su importante papel a la hora de crear comportamientos- en el resto de la sociedad.
De entre las acciones previstas, cabe destacar las centradas en la promoción del gallego en el ámbito de la responsabilidad social empresarial (RSE), la formación lingüística de profesionales, la creación de un punto de información en materia de lengua destinado a las empresas, el impulso al etiquetado en gallego y a las campañas publicitarias de promoción del consumo de este tipo de productos con el apoyo especial en campañas de promoción que atiendan a la presencia del gallego en las TIC y en los medios digitales o la posibilidad de obtener las empresas la certificación de las normas ESO en la lengua propia de Galicia.
Se contempla un desarrollo paulatino en cinco años, período en el que se implementará progresivamente en las diferentes áreas, focalizando y concentrando la ejecución prevista en los diferentes ámbitos, en colaboración con los agentes implicados, con mayor actividad durante 2016 y 2017. El plan establece un presupuesto global de más de 5.000.000 euros en su desarrollo.