Con la ley en la mano

Un lugar difícil

Por Ricardo Martínez Barros

Saint Denis se halla a 9,4 Kms al norte de París. Es un barrio periférico, anteriormente habitado por muchos emigrantes españoles y actualmente con un gran porcentaje de emigración musulmana y latinoamericana. Allí se ubican el estadio de fútbol, la Basílica de Saint Denis y la Ciudad del Vine. Y allí se está viviendo estos días el choque de civilizaciones, de creencias, de resentimientos y odios almacenados a lo largo de tantos años. La Iglesia de Saint Denis (a la que se le ha dado la categoría de “Basílica”, sin serlo) es la primera iglesia gótica, lugar de enterramiento de la mayoría de los reyes franceses, y que goza de ser calificada como la “Teología de la Luz”.

Muchas coincidencias y, a la vez, demasiados contrastes para un lugar que se erige, en estos días, como la sinrazón de unas conductas que son consecuencia de otros tantos errores que se han venido alimentando bajo la estulticia y vomitivo interés de unos cuantos que se han refugiado en sus doradas madrigueras para escapar de una realidad que martillea en todos los rincones del mundo. Ha tenido que ser Saint-Denis, lugar de fútbol, de religiones y de cine (“pilares” de esta sociedad del iPhone y del Smartphone) la que haya golpeado nuestras conciencias para alertarnos de que así no se puede seguir. No puede haber una desconexión entre los que emigran y los que se quedan, entre el país receptor y el país que “expulsa al exterior” a sus ciudadanos, Y no pueden existir suburbios o barrios periféricos en donde se arrojen a los “ilotas del s. XXI”. No basta con las bombas y las medidas excepcionales. Hay que ir al origen del problema.

Cuando le preguntaron a Abdullah, turco de nacimiento, emigrante en Saint Denis, que definiese su barrio, contestó: “Podrido”. “Quizá me pasé con este calificativo…,dijo, “.. quise decir que “es un lugar muy difícil”.

Dentro de muy pocos días en España habrá Elecciones Generales. Más de dos millones de españoles son emigrantes con derecho a votar. A fecha 20 de noviembre sólo 115.055 (el 6,11%) habían solicitado el voto por correo. Y parodiando la frase del emigrante turco de Saint-Denis, diríamos que la “emigración” es un LUGAR DIFÍCIL para votar”. ¿Qué hacer? A mí se me ocurren algunas ideas y por este orden:

primero: Asumir esa realidad.

segundo: Lograr un máximo consenso entre partidos, para que la emigración no sea un problema de ideologías, sino un problema de Estado.

tercero: Estudiar los sistemas de otras legislaciones comparadas que en esta materia estén más avanzadas.

cuarto: Reunir a los expertos que conocen y viven este problema para legislar mejor.

quinto: Establecer convenios de cooperación con los países receptores.

sexto: Hacer participar en la solución del problema a todas aquellas empresas y empresarios españoles que desarrollan actividades fuera de nuestro país.

No se agotan aquí las “propuestas” que se pueden hacer, porque en un mundo en el que los “desplazamientos” de población son una constante, deberíamos ser más sensatos a la hora de encauzar este tipo de fenómenos, aunque sólo sea para lograr que este planeta no se convierta en un LUGAR MUY DIFÍCIL para vivir. ¿O no?