Recuerdan en La Habana el 80º aniversario del vuelo Camagüey-Sevilla del piloto asturiano-cubano Antonio Menéndez y Peláez

Al acto asistieron autoridades españolas y personalidades de la aviación cubana

Fotografía de la llegada del piloto Antonio Menéndez y Peláez al aeropuerto sevillano de Tablada.
Un momento de la conferencia.
Muestra fotográfica.

La conmemoración del importante acontecimiento histórico tuvo lugar a primeros de febrero en el salón ‘Alejandro Casona’ de la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba (FAAC), entidad organizadora del evento junto al Club de Aviación de Cuba (CAC).

Entre los participantes se encontraban el agregado de Defensa de la Embajada de España en Cuba y República Dominicana, José Pardo de Santayana y Gómez de Olea; Manuel J. Vallejo Filpo, presidente del Consejo de Residentes Españoles en Cuba (CRE); María A. Marcos Alonso, presidenta de la Federación Asturiana (FAAC); Orestes del Río Herrera, capitán del Ejército Rebelde y Primer Jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR); Ricardo Varona, vicepresidente del Club de Aviación de Cuba (CAC), y el documentalista Fidel R. Oliva Bolívar, integrante del Proyecto ‘Desafío a los cielos’. También participaron un grupo de presidentes de sociedades asturianas, asociados y amantes de la aviación.

La conferencia ‘Aniversario 80 del vuelo Camagüey-Sevilla’ estuvo a cargo del piloto; historiador de la aviación cubana y responsable del Proyecto ‘Desafío a los cielos’, Carlos Concepción Puentes, quien fue presentado por el directivo de la FAAC y miembro del Comité Organizador del evento, Nelson Fernández Arias. Al finalizar su disertación, Carlos Concepción, obsequió al agregado de Defensa de la sede diplomática española en Cuba con una fotografía del recibimiento tributado en La Habana a Menéndez y Peláez a su regreso de España, donde aparece el cónsul de España en La Habana.

El  ‘águila asturiana’ 

Antonio Menéndez Peláez nació el 4 de diciembre de 1898 en Santa Eulalia de Riberas, Concejo de Soto del Barco, Asturias. Emigró a Cuba con 14 años de edad y viajó al reencuentro de su padre y un tío residentes en la ciudad de Cienfuegos. Varias y diversas fueron sus primeras profesiones: dependiente de bodega; chófer de autos de alquiler; mecánico automotriz; fogonero y mecánico en una fábrica de azúcar, y pescador y barquero en la bahía de Cienfuegos. Nacionalizado cubano en 1927 se trasladó a los Estados Unidos en 1929 para obtener la licencia de piloto-aviador. A su regreso a la Isla fundó su propia empresa de Taxi Aéreo. En el año 1936 ya era teniente piloto aviador de la Marina de Guerra de la República de Cuba.

Antonio Menéndez Peláez fue el primer asturiano-cubano en realizar la hazaña de superar el Océano Atlántico, volando desde Camagüey hasta Sevilla en solitario, con un avión monomotor de cabina abierta modelo Lockheed Sirius 8 A de madera forrada con tela, con un motor Pratt & Whitney WASP de 523 HP, con tren de aterrizaje fijo y carenado que podía desarrollar una velocidad crucero de 140 mph. No tenía equipo de radio comunicación y había sido bautizado con el nombre de ‘4 de septiembre’, en honor del movimiento cívico-militar cubano de 1933.

El salto atlántico 

La gesta fue un homenaje a los aviadores españoles Barberán y Collar que realizaron el vuelo Sevilla-Camagüey en 1933 y desaparecieron después de despegar de La Habana con rumbo a México. “Llevó a España el respeto y la admiración que el pueblo cubano tenía por esos pilotos”. Menéndez Peláez partió desde un aeródromo civil en la ciudad de Camagüey el 12 de enero de 1936 e hizo escala en Venezuela. Luego, en Guyana, tuvo que realizar un aterrizaje forzoso por pérdida de combustible en uno de los tanques. Tras este percance voló a Puerto España (Trinidad y Tobago) para la reparación del salidero y para añadir dos tanques más de combustible, permaneciendo allí durante trece días en espera de los técnicos enviados desde Cuba. Posteriormente voló a Natal (Brasil) y a Bathurst, actual Banjul capital de Gambia, su última escala fue en Cabo Juby, antiguo Sahara Español, llegando al aeropuerto militar de Tablada en Sevilla el 14 de febrero de 1936, donde fue recibido por altas autoridades civiles y militares españolas.

En total recorrió unos 14.500 kilómetros en 9 etapas empleando un total de 33 días, 10 horas y 20 minutos con una velocidad promedio de 115 millas por hora y un tiempo total de vuelo de  77 horas y 40 minutos, con lo que se convirtió en el primer aviador hispano-cubano en volar de América a Europa en sentido Oeste-Este. La más importante de las etapas de su vuelo fue la conocida como ‘el salto atlántico’ entre Natal (Brasil) y Bathurst (actual Gambia) con una distancia de punto a punto de 3.000 kilómetros aunque, a causa del mal tiempo se estima que recorrió unos 3.200 kilómetros en 18 horas de vuelo.

Recibimiento 

Al aterrizar en Tablada, fue recibido como un héroe; volando después a Madrid donde fue agasajado por el gobierno de la República Española y luego viajó a Cataluña, Santander y Asturias, al reencuentro con sus padres y hermana y visitando su casa natal. Regresó a Cuba en el vapor ‘Cristóbal Colón’ y al llegar a La Habana fue recibido por el presidente de la República, fue ascendido al grado de primer teniente y nombrado jefe de Operaciones y Vuelos del campo de aviación naval de Mariel, donde posteriormente fue el director de su Escuela de Aviación Naval. 

Muerte del héroe

Antonio Menéndez Peláez falleció en un lamentable accidente de aviación en Cali, Colombia, el 29 de diciembre de 1937, cuando iba al frente de las tres aeronaves cubanas que participaban en el Vuelo ‘Pro Faro de Colón’, fatal accidente en el que “se perdieron las vidas de siete valerosos hombres, entre ellos la de Antonio Menéndez Peláez, un asturiano emigrante y un digno cubano”.