Pilar Rojo pide al Apóstol Santiago que guíe a los gobernantes en la búsqueda de decisiones sabias

La presidenta del Parlamento fue la delegada regia en la ofrenda

Pilar Rojo durante la ofrenda.
Conde Roa con el traje tradicional.

La presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo, realizó la tradicional Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago. En la misma, recordó especialmente la crisis económica y demandó del Santo su amparo para los afectados por la crisis y el acierto de los gobernantes para salir de esta situación. Pilar Rojo comezó su intervención deseando “profundamente” la recuperación del Códice Calixtino y recordando la larga tradición de Compostela como “ciudad universal” y forjadora de un “espíritu de tolerancia y concordia que modeló la forma de ser del pueblo gallego”. Repasando los 800 años de historia de la Catedral, recordó que “la Europa de la tolerancia, de la democracia y de los derechos de la ciudadanía, que tuvo en este santuario su primera meta espiritual y cultural, vivió muchos momentos de dificultad y de desaliento, de los que salimos gracuas al esfuerzo y a la ilusión conjunta», añadió.

Hoy, dijo, “vivimos inmersos en una grave crisis económica que tiene como principal consecuencia el desempleo que afecta a muchas familias”. Se acordó de las mujeres y los jóvenes como los más afectados por esta crisis y reconoció que a misma es “casua de desaliento e incertidumbre para una parte importante de los conciudadanos”. Por todo, la delegada regia expresó su confianza en que “seamos capaces de articular soluciones para las graves dificultades cotidianas a las que nos enfrentamos. Soluciones que, lo sé bien, deben nacer del esfuerzo conjunto de todos nosotros, soluciones con las que podamos construír un futuro más generoso y solidario”. En este sentido, le rogó al Apóstol que guíe a los gobernantes, para que sean capaces de adoptar decisiones sabias y adecuadas a las necesidades del momento. Que el bien común sea la guía de cuantas medidas se acuerden”. La ofrenda tuvo momentos para demandar la intercesión del Santo para orientar a las familias como “germen de convivencia y de respeto”, para erradicar la violencia contra las mujeres y para alentar a la juventud a que “valore y saque provecho de la educación que se le ofrece como la fórmula más válida para asegurar un futuro de plenitud personal y profesional”. Y, en síntesis, le pidió para que ayude a la humanidad a “eliminar los más graves problemas que se nos presentan, las guerras, la violencia en todas sus manifestaciones, el hambre, las formas diversas de esclavitud moderna y el terrorismo, azotes particularmente dolorosos en la época que vivimos». En su homilía, el arzobispo compostelano, Julián Barrio, solicitó una “Europa abierta a la fraternidad” y, para salir de la crisis económica, reclamó un cambio “en nuestro interior”.

Destacó en el acto el alcalde compostelano, Xerardo Conde Roa, que asisitió vestido con el traje tradicional gallego. Es la primera vez que un regidor de la capital de Galicia utiliza esta indumentaria durante la ceremonia. El traje utilizado por el alcalde es el tradicional de guardia (el utilizado para domingos y festivos) de la zona del Val da Mahía.