Núñez Feijóo apuesta en su Mensaje de Fin de Año por recuperar a los gallegos que trabajan fuera

“Nadie es prescindible en la Galicia que nos une”, explicó

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante su discurso con el puente romano de Ourense restaurado de fondo.

Feijóo realizó un balance del ejercicio 2016 y recordó que, a finales del mes de septiembre, “el pueblo gallego manifestó su voluntad en las urnas. Dijo lo que era, y lo que quería ser. Valoró el pasado, pero sobre todo expresó sus deseos de futuro”.

En este punto añadió que “ese futuro nos necesita a todos. Si en él faltase una gallega o un gallego, estaría incompleto. Si no aspiramos a recuperar en ese futuro a los compatriotas que trabajan fuera, sería un mañana truncado. Nadie es prescindible en la Galicia que nos une”.

El jefe del Ejecutivo autonómico incidió, además, en la importante presencia gallega fuera de España: “Formamos un país grande que participó y participa en las grandes aventuras de España, Europa y el mundo”.

En otro orden de cosas, Alberto Núñez Feijóo reivindicó para Galicia “justicia y un trato ecuánime” en asuntos como la financiación autonómica y el AVE e insistió en su mensaje de que “no quiere más que nadie pero tampoco menos”. “(Galicia) No aspira a ningún privilegio, pero tampoco los aprueba. Aboga por esa nación (española) equilibrada y solidaria que consagra la Constitución hecha y refrendada por todos”, aseguró en su discurso, grabado este año con el restaurado puente romano de Ourense de fondo.

Según el presidente gallego, la justicia y el trato ecuánime no son compromisos con Galicia, sino con la España cohesionada y articulada de la que “orgullosamente” esta Comunidad forma parte, por lo que “la Xunta, las fuerzas políticas y la sociedad gallega en su conjunto tienen el derecho y el deber de hacer valer esos principios en todos los foros y ante todos los poderes públicos”, aseguró.

Feijóo también abogó por llegar a “puntos de encuentro” en el debate político interno en Galicia para afrontar los retos por delante. “Los gallegos estamos logrando que la Autonomía nos cohesione aun más, por encima de diferencias ideológicas, territoriales o generacionales. Construimos un país de afectos en el que las discrepancias siempre tienen un camino para llegar al acuerdo y donde el acuerdo surge tras discrepancias normales”, afirmó.

Y apostó por que ese espíritu de diálogo en cualquier ámbito de la sociedad gallega “se traslade a la vida pública, sin menoscabo de un debate que siempre es enriquecedor”. “No estamos los políticos condenados a entendernos porque el entendimiento nunca puede ser una condena. Estamos animados a hacerlo para estar a la altura del ejemplo que nos proporciona nuestro pueblo”, señaló.

Entre los retos por delante, el presidente gallego explicó que la recuperación “bien patente” de la economía “sólo será irreversible y completa con las medidas adecuadas, con la potenciación de los sectores tradicionales, el impulso a los jóvenes y el resurgimiento del medio rural”. También destacó la necesidad de superar el declive demográfico, ya que esta “Galicia menguante exige una reacción política y social unánime” y apuntó a la obligación de hacer un “frente común contra los verdugos en el que no caben fronteras partidarias” para combatir la “criminal violencia machista”.

Además, recordó que la exclusión social es “un enemigo común que no permite matices ni dudas”. Reconoció que los pasos hacia la recuperación no son tan rápidos como le gustaría para acabar con el drama del paro y recuperar niveles salariales adecuados pero insistió en que hay avances y en que “social y económicamente” Galicia está hoy mejor que hace un año.

“En lo bueno y en lo menos bueno, aguardo que Galicia siga el ejemplo que se da en la mayoría de nuestras casas. Una Galicia que afronte los problemas y luche por sus sueños unida. Todos juntos”, concluyó su discurso, en el que deseó “buen año” para todos.