Miranda recibe a los primeros beneficiarios del programa ‘Reencontros na casa’, que permite a 174 gallegos del exterior conocer la actualidad de su tierra

El secretario xeral da Emigración los saludó personalmente en los aeropuertos de A Coruña y Santiago

Antonio Rodríguez Miranda saluda en el aeropuerto de Alvedro a algunos de los emigrantes llegados de Cuba a través del programa 'Reencontros na casa'.
Miranda junto a María, una emigrante en Argentina que llevaba 67 años sin pisar Galicia, y el delegado de la Xunta en A Coruña, Diego Calvo.
El secretario da Emigración en el aeropuerto de Lavacolla con parte de los emigrantes llegados de Uruguay.

Los primeros participantes de la edición de este año del programa ‘Reencontros na casa’, iniciativa de la Secretaría Xeral da Emigración, comenzaron a llegar a los aeropuertos de Alvedro y Lavacolla. A las diez de la mañana del miércoles 15 de junio aterrizaban en el aeropuerto compostelano los participantes procedentes de Uruguay (29) y a las 11:20 hacían lo mismo en el coruñés los que venían de Argentina (90). Los participantes de Brasil, Cuba y Venezuela llegaron en vuelos posteriores.

El grupo más numeroso, el de los noventa beneficiarios que llegan desde Buenos Aires, fue recibido por el delegado de la Xunta de Galicia en A Coruña, Diego Calvo, y el secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, quien también recibió al resto de los grupos.

En total este año serán 174 los participantes en este programa, que tiene por objetivo ofrecer la posibilidad de acercarse a su tierra y a su familia a los gallegos residentes en los diferentes países de Latinoamérica. A través de esta iniciativa se facilita que estos emigrantes tengan la oportunidad de redescubrir sus raíces, así como ponerse en contacto con la realidad actual de Galicia, casi siempre en los mismos lugares en los que nacieron. Para algunos de ellos es el primer retorno a su tierra de nacimiento desde que iniciaron su nueva vida en otros países.

Blindaje social

El programa establece la concesión de ayudas, que pueden llegar al imponerte íntegro del pasaje entre sus países de residencia y Galicia en el caso de “países en los que existan dificultades para acceder a las divisas necesarias para sufragar la parte que debe abonar la persona beneficiaria, debido a dificultades en la política cambiaria”.

El papel de la Administración gallega, además de sufragar la parte correspondiente del pasaje, es el de velar por su salud en el traslado y organizar con las familias el reencuentro. Una vez realizado son las familias las encargadas de a manutención y hospedaje de los beneficiarios de la iniciativa. El programa permite que los beneficiarios extiendan su presencia en Galicia hasta tres meses.

Las condiciones que se establecen en la edición de este año del programa no varían respecto a años anteriores. Se trata de consolidar y blindar la apuesta del Gobierno gallego por mantener, e incrementar, dentro de lo posible, las líneas de actuación social que benefician directamente la ciudadanía de manera que las políticas socio-asistenciales se mantengan incluso en tiempos de dificultad económica para la Administración.

Para beneficiarse del programa, el solicitante debió acreditar tener nacionalidad española y ser emigrante gallego o hijo de emigrante gallego, residir en Iberoamérica, tener por lo menos 65 años, valerse por sí mismo y estar en condiciones de realizar un viaje de larga duración, no haber participado en los últimos cinco años naturales en programas de viajes de la Secretaría Xeral da Emigración, tener familiares de hasta cuarto grado de consanguineidad o afinidad con los que puedan residir durante su estancia en Galicia, así como tener ingresos inferiores a tres veces el importe de la pensión asistencial española por ancianidad marcada para el país de residencia (cantidad distinta a la correspondiente en España). Igual, pudieron beneficiarse los cónyuges de los emigrantes gallegos que cumplan algunos de estos requisitos, según establece la orden reguladora del programa.

Perfil de los participantes

Aunque los participantes deben tener por lo menos 65 años, hace falta subrayar que la media de edad del contingente supera siempre con creces esta cifra, acercándose de hecho a los 75. De media, en los años anteriores, 4 de cada 5 participó por vez primera en la iniciativa, y alguno de ellos no había vuelto a Galicia desde que había decidido poner rumbo a su nuevo hogar en Iberoamérica.