Marco Ferrara recordó desde Lausanne que «el voto rogado de la diáspora cumple 4 años mermando derechos y causando indignación»

El secretario del PSOE Lausanne y miembro del Comité Federal del Partido Socialista reclama que se cambie ya la ley electoral y que la emigración cuente con sus propios diputados y senadores

«El voto rogado cumple 4 años mermando derechos y causando indignación en la diáspora. Ha pasado el tiempo de una legislatura entera y el gobierno del PP ha sido incapaz de solucionarlo», lamentó desde Suiza Marco Ferrara, secretario general del PSOE Lausanne. El también miembro del Comité Federal del PSOE cree que «a Rajoy no le preocupa que los españoles en el exterior no podamos votar normalmente, le interesan más aquellos sobres que contienen otra cosa que papeletas electorales».

Marco Ferrara señaló que «en la convención del PP, Rajoy ha ensalzado la grandeza de sus representantes en el exterior pero lo que todo el mundo esperaba no era la ñoñez de su retórica, sino hechos como la eliminación del voto rogado». Añade que «en el PP no hay valentía ni libertad de expresión para que nadie se lo reclame y ello hace del PP un partido que se sirve de la diáspora en vez de servirla».

La modalidad de voto rogado entró en vigor el 29 de enero de 2011 por acuerdo de PP, PSOE, CiU y PNV, haciendo decaer la participación electoral de los españoles en el exterior de un habitual 30% a un insignificante 4%. Tras comprobar tal nefasto impacto de la exageración de trámites requeridos a los electores en el extranjero, el PSOE reconoció el problema en su congreso federal de Sevilla en febrero del 2012, admitiendo así la posición de la federación PSOE Europa y de las agrupaciones de América. El Partido Socialista ha pedido reiteradamente que se rectifique la ley.

Para Marco Ferrara, que se lleva involucrando en contra del voto rogado desde su etapa como portavoz del PSOE Europa, «esta situación de demora es bochornosa». Afirma que «los residentes en el exterior estamos siendo desconsiderados de forma severa y queda demostrado nuevamente que necesitamos diputados y senadores propios para que nuestros derechos dejen de ser pisoteados. Necesitamos un cambio político que permita la reforma constitucional y así la creación de escaños para la diáspora por circunscripciones de Europa y América».