Malestar en la Sociedad Campo Lameiro de Uruguay por su retirada del Consello de Comunidades

Al no tener la galleguidad reconocida fue invitada a participar sin voz ni voto pero finalmente se pidió a su delegado la salida

La delegacion uruguaya en el Consello de Comunidades Galegas en la que aparece Luis Cerviño (2º por izquierda).

Estas fiestas tuvieron un sabor amargo para los gallegos del barrio Villa Española, donde se encuentra la sede propia de la Sociedad Campo Lameiro, en la calle Ignacio Barrios 4626. La entidad más joven, con apenas 18 años recién cumplidos, no estaba habilitada para participar en el Pleno del Consello de Comunidades Galegas, pero como se realizaba en Uruguay, el delegado de la Xunta de Galicia, Manuel Barros Ribadulla, entendió pertinente invitar al presidente de Campo Lameiro, José Sierra Padín, a estar presentes sin derecho a voto y tampoco a voz.

Como el presidente Sierra estaba indispuesto, concurre en su lugar el secretario de la junta directiva, Luis Cerviño Barrios, quien es recibido por Barros que le informa que la invitación no incluye la parte social, o sea el cóctel en el Club de Golf del Uruguay y la cena de clausura en el Polideportivo del Centro Gallego, reiterándole lo conocido que en el Congreso no tenía ni voz ni voto, por lo que sabido era que sólo estaría presente en la calidad de oyente.

Al comenzar el pleno, Cerviño hizo los tramites previos para recibir su acreditación en la oficina correspondiente del hotel céntrico donde se desarrollaba el encuentro, entregándole Ramón Brigos Fernández, subdirector xeral de Programas Sociais, la acreditación correspondiente con el nombre del secretario de Campo Lameiro.

Cerviño, que fue presidente de la Unión de Sociedades Gallegas del Uruguay, federación que agrupa a todas las entidades gallegas del país, durante los años 2006 a 2008, siendo secretario de la misma entre 2004 y 2006; concurrió a las actividades de esa primera jornada y cuando se realiza el taller de Tecnología y Cultura, pide a la mesa sobre la posibilidad de expresar una experiencia pasada que podría ser utilizada en el futuro. Sin embargo le contestan en forma correcta, según calificaron los implicados, que no le pueden permitir la palabra, por lo que Cerviño se vuelve a sentar en la silla de la sala donde estaba funcionando el mencionado taller.

Fue un error
Cuando salía de esa sala, percibió que lo estaban esperando para hablar con él el subdirector xeral de Programas Sociais, Ramón Brigos Fernández, y el jefe de Gabinete, Ildefonso de la Campa Montenegro, que le invitan a mantener una reunión en la sala de secretaría del evento.

Una vez allí le informan que “su invitación al Pleno no era válida, y que fue un error del señor Delegado”, por lo que lo “invitan a retirarse”.

Cerviño en aquel momento no quiso realizar ningún tipo de declaraciones al respecto ya que deseaba hablarlo con sus compañeros de directiva, ya que como expresan en la carta que enviaron al secretario xeral de Emigración, Santiago Camba Bouzas, “descontamos que las palabras sobran. Sin embargo queremos sí que quede bien claro que no tenemos culpa, ni responsabilidad alguna de los problemas, desórdenes, fallas o simplemente falta de información o coordinación interna dentro de la Xunta, por lo que resulta bochornoso e imperdonable la humillación a la que nuestra Institución fue expuesta al ser expulsado nuestro representante en la misma”, califican drásticamente en su protesta epistolar a la que tuvo acceso España Exterior.

Añaden en la misma que “somos tan gallegos como cualquier miembro de otra Institución hermana, por ese motivo estamos pidiendo desde el año 1991 la galleguidad para nuestra sociedad que cuenta en la actualidad con doscientos gallegos y cien descendientes, que como gallegos (con o sin galleguidad) colaboran permanentemente con la colectividad; porque como con seguridad lo sabrá Ud. (Santiago Camba) trabajamos día a día al igual que el resto de las Instituciones, en busca de que la colectividad mantenga viva la lengua gallega, la cultura, las costumbres, la música, las danzas y tantas cosas que les brindamos a todos los gallegos que se acercan a nuestra Institución”.

Papelón para la colectividad
Aclaran que “resulta extraño, pero para toda esta continua, demandante y onerosa tarea nadie jamás ha exigido la “galleguidad”. También se interrogan en la carta de protesta “dónde quedan las palabras de los políticos que cuando nos visitan manifiestan que “todos tienen los mismos derechos y obligaciones”, y que “el voto vale lo mismo fuera que dentro de Galicia”.

Finalmente aclaran que “pensando que tal vez pueda ser útil, queremos expresar que más allá de todas las satisfacciones obtenidas por la Directiva de esta Institución en el desarrollo de su extensa, productiva e importante labor, hemos aprendido hasta de los errores cometidos, pero por sobre todas las cosas, cada vez que nos equivocamos, asumimos nosotros nuestra responsabilidad sin perjudicar, manchar, discriminar, y mucho menos humillar a nadie”.

Reflexionan finalmente en su misiva al secretario xeral de Emigración que “estamos seguros de no ser merecedores del trato brindado, por lo que pedimos se nos aclare esta situación, pero por sobre todas las cosas que jamás se repita. El papelón es para toda la colectividad gallega”, aseguraron en la misma el presidente José Sierra Padín y el secretario Luis Cerviño Barrios, firmantes de la mencionada carta.