Los emigrantes del Hogar Español de Montevideo vuelven a emocionarse en la romería de la entidad

Participaron más de mil personas, pero menos de las previstas

Baile del Centro Asturiano Casa de Asturias.
Actuación del Centro Pontevedrés.
Mayores y pequeños se dieron cita en el Hogar Español de Montevideo.
Tres generaciones de emigrantes.
Directivos de las entidades se encargaron del avituallamiento.
Actuación del coro de Casa de Galicia.
Disfrutando de la fiesta.

“Cada vez somos menos”, confesó un directivo del Hogar Español de ancianos resumiendo lo que todos pudimos apreciar el domingo 10 de diciembre, cuando poco más de un millar de visitantes llegaron a disfrutar la romería en el jardín de la institución que alberga a dos centenares de emigrantes en sus últimos años de vida.

Hubo cierta decepción entre los directivos de la entidad al comprobar al recordar aquellas romerías en las que se concentraban tres mil o cuatro mil personas y que en esta ocasión solo se vendieron poco más de mil entradas y que sobraron cientos de kilos de carne.

Los directivos presididos por Ángel Domínguez y la comisión de ayuda, junto a varios dirigentes de otras instituciones españolas, organizaron la romería de fin de año del Hogar Español, la que más carne asada se presenta ante una multitud que concurre a los jardines para disfrutar de la gastronomía y del espectáculo artístico presentado por Walter Echenique que desarrollan los grupos de música y bailes de las instituciones.

En el jardín se podía ver como los nietos ayudaban a sus abuelos emigrantes, o bailaban con ellos en sus sillas de ruedas, o también como sus cuidadores o algunos romeros, hacían de familia de muchos que no tienen quien les visite o les recuerde, algunos por carecer de lazos familiares en esta tierra de acogida, y otros, por no recibir visitas en el Hogar.

Una estampa que llenó a todos de ternura fue un pequeño de no más de tres años que agarraba la mano de su bisabuela que estaba en silla de ruedas mirando como bailaban las más pequeñas del Centro Pontevedrés: Julieta, Sofía y Adri.

Otros momentos que hicieron pensar a todos los visitantes la necesidad de cariño y comunicación que padecen los ancianos residentes, sin duda harán brotar esa solidaridad que tanto pregona Ángel Domínguez y sus compañeros de directiva.

La actual situación del Hogar hace temer que la calidad de sus servicios descienda para el año que viene, por lo que puede que en algún momento haga falta el trabajo voluntario de quienes puedan echar una mano.

Afortunadamente en esta fiesta no faltaron los distintos grupos de las instituciones que sobre el escenario que dirigió amenamente Walter Echenique, llevaron alegría y divertimento a los romeros y a los residentes. Ellos fueron el Centro Asturiano Casa de Asturias, el Centro Pontevedrés, Casa de Galicia, Centro Gallego, el trío Taboada del Valle Miñor, el coro de Alma Gallega y Casa de Galicia, y los infaltables solistas Pepe García, y el propio animador Walter Echenique.

Sin embargo, la disminución del número de asistentes hizo reflexionar justamente al directivo que extra oficialmente comentó que “vamos a tener que buscar fuera del público de la colectividad a los romeros que hoy nos están faltando”. En este sentido afirmó que “las instituciones tienen pocos socios y ya no alcanza para sostener estas celebraciones”, por lo que se recurrirá a la publicidad fuera de las instituciones para atraer a nuevos españoles y descendientes que se sientan comprometidos en “echar una mano al Hogar Español de ancianos”.