La Sociedad Española de Cerro Largo cumple 140 años al servicio de la colonia y de la sociedad de acogida

Esta entidad y su teatro son el orgullo de la ciudad de Melo, capital del departamento de Cerro Largo

Una actuación en el teatro.
Acto de elección de las actuales autoridades de la Sociedad Española de Cerro Largo.
Fachada del Teatro Español de Melo.

Hace 140 años poco más de medio centenar de españoles que vivían en Melo, a 400 kilómetros de Montevideo, fundaron la Sociedad Española de Socorros Mutuos con el objetivo de ayudar a la colectividad y reunirse, conformando a lo largo de los años un teatro que es conservado como el icono cultural de la capital del Departamento de Cerro Largo.

Antes de pasar a la historia, es bueno destacar a quienes comandan la institución desde la asamblea del 15 de octubre del 2016, que designó como presidente a Jorge Adolfo Gómez, vicepresidente a Walter Pradié, secretaria a la profesora Anneli Büsch y como tesorero al contador Eduardo Rodríguez.

También hay que destacar al recopilador de esta historia, el incansable José Luis Justo González, que rastreó en los archivos de la institución para dejar este legado que hoy se puede entregar a todo el colectivo español y a los habitantes del departamento de Cerro Largo, donde el Teatro y la Sociedad son el orgullo de la capital.

Como decíamos, todo comenzó el 20 de febrero del año 1878, cuando 54 españoles residentes en la Villa de Melo, procedentes de distintas regiones de España, se reúnen con el objetivo de fundar una Sociedad Española de Socorros Mutuos y un centro de reuniones para los españoles de la región limítrofe con el Brasil.

A tal efecto, se forma una comisión para que estudiara y presentara las bases y estatutos de la futura Sociedad de Socorros Mutuos, que la integraban José Montes, Manuel Sóñora, José Baldomero Gómez, Federico Mestre, Ángel González Villamil, Ángel Blocona, Francisco Vega, Federico Mestre y el doctor José Manuel Anido.

El 24 de febrero se reúnen nuevamente y se nombra una comisión especial para presidir el acto de constitución de la entidad y la aprobación de los estatutos, recayendo el nombramiento por aclamación sobre José Paredes, José Espárrago y Alfonso de Lara.

El artículo primero del estatuto aprobado establece que: “Esta Asociación establecida en la Villa de Melo en el día de la fecha (24-02-1878) se titulará Asociación Española de Socorros Mutuos. Su acción se extiende, además de esta población, a todo el término de sus chacras y establecimientos de campo dentro de los límites departamentales que la comisión directiva juzgue oportunos”.

Establece en su segundo artículo quien la integrará: “Toda persona sin distinción de nacionalidad cuya conducta moral y política sean intachables pueden pertenecer a la Sociedad”, distinguiéndose socios activos, pasivos y honorarios.

Los socios activos eran los mayores de 15 años y se comprometieron a pagar una matrícula de 2 pesos y una mensualidad de 70 céntimos.

Esto permitía que los socios enfermos, además de recibir tratamiento curativo, percibirían 50 céntimos diariamente y mientras su enfermedad no le permitiese ejercer su profesión y hasta un máximo de noventa días. En tanto los enfermos de las chacras, tienen un socorro pecuniario especial de un peso por día, ya que tienen que trasladarse por sus medios hasta la villa para recibir la asistencia médica.

Para tener una idea de la “ayuda mutua” implantada en estos estatutos, se establecía que “en caso de epidemias, la Comisión Directiva puede alterar el monto de las pensiones. El socio puede donar sus pensiones a la Sociedad, lo cual tendrá que declarar expresamente en Secretaría”.

Asimismo, también preveían que “el que por accidente o enfermedad quede imposibilitado para ejercer su profesión, tendrá un socorro de 70 pesos para posibilitarle su regreso a España”. Para el caso de fallecimiento, “se le facilitaba a la familia un repartidor para que se encargue de todos los trámites necesarios a tal fin”.

Luego se realizó la votación para elegir la junta directiva que quedó encabezada por Alfonso de Lara como presidente; el vicepresidente Francisco Paredes; el tesorero Manuel Sóñora; el contador Francisco Vega; el secretario José Baldomero Gómez, y como vocales José Olondres y Vicente Pérez.

Las reuniones por el momento se realizaron en la casa del presidente Alfonso de Lara en la calle 25 de Agosto Nº 175. Recién formada la Sociedad y cuando todavía ni siquiera había rubros, se realiza el primer socorro humanitario a María Pita para ser enviada a la capital por su enajenación mental.

Para comenzar a pagar desde el 1 de marzo se inscribieron 139 socios de los cuales 29 eran gallegos, 21 asturianos, 13 vascos, 9 cántabros, 8 catalanes, 8 navarros, 4 castellanos, 3 andaluces y 1 canario. Distribuidos por profesiones, la mayoría son comerciantes en un total de 68, luego había 18 carpinteros, 6 zapateros, 6 jornaleros, 3 farmacéuticos, 3 herreros, 2 plateros, 2 talabarteros, 2 presbíteros, 2 hacendados, 2 empleados, 2 sastres y uno de cada uno de las siguientes profesiones: industrial, médico, profesor de piano, procurador, panadero, hojalatero, albañil, propietario, estudiante, barbero, agrimensor, cigarrero, fotógrafo y prestamista.

El 28 de febrero se reúne la comisión en la casa de Alfonso de Lara, siendo presidida la reunión por Francisco Paredes, ante la ausencia del dueño de casa, explicando allí que “fue remitida a Montevideo e internada en el Hospital Vilardebó la desgraciada María Pita. Como no había fondos aún en la Sociedad, el señor José G. Villamil sufragó los gastos, que demandó el humanitario servicio, al cuál habrá de satisfacérsele en la primera oportunidad”.

Se nombra un farmacéutico y un médico para atender a los asociados, los que tendrán un salario de 15 y 20 pesos respectivamente, siendo los primeros Federico Mestre y José Anido.

En el periodo comprendido entre 1878 y 1914, salvo los hechos que sobresalen y que se mencionan más adelante, la sociedad se dedica a administrar el sistema de asistencia a sus socios, tanto en su enfermedad como en asuntos pecuniarios, las renuncias e ingresos de nuevos socios, como también la relación con los médicos y los farmacéuticos para sus pagos y el cumplimiento de las normas de atención.

Los presidentes de este periodo fueron: año 1878 Alfonso de Lara; 1879 José González Villamil; 1880 Francisco Paredes; 1881 Ángel Blocona; 1882 José D. Aguirre, en cuya presidencia se construye el panteón social; año 1883 Francisco Paredes; 1884 José Villamil; 1885 José Aguirre; 1886 José Villamil, quién inicia la gestión para la compra de un terreno, lo que se concreta el 1 de agosto de ese año comprando la casa de la calle 25 de agosto número del 138 al 142.

Presidieron la entidad en los siguientes años Ángel Blocona, Ramón Hurtado, José González Villamil, José D. Aguirre, volviendo Ángel Blocona a ocupar la presidencia durante la guerra entre Blancos y Colorados, resolviéndose “dar asistencia a los múltiples heridos por la revolución, sin distinción de divisas”. Se trasladan todos los muebles a la secretaría para hacer lugar para atender a los heridos.

La joya que tenía la sociedad, la lámpara de araña de la casa social, en febrero de 1900 se resuelve prestar al Club Unión para la realización de los bailes del Carnaval, encomendando a su presidente Ramón Collazo, el transporte y cuidado de la misma.

En septiembre de 1903, la Sociedad Española de Socorros mutuos se encuentra en crisis, el padrón social cuenta tan solo con 48 asociados. Se realiza una asamblea general donde se informa la memoria de los últimos cuatro ejercicios, se resuelve una rebaja en los sueldos. Se renuevan las autoridades quedando como presidente en el año 1903 Julián del Campo. En junio de 1904 se vuelve a colaborar con el auxilio a los heridos de la revolución. Se realiza una donación a la Cruz Roja de 50 pesos y se concede el local a la comisión de auxilios para atender los heridos.

En 1907 Joaquín González asume como presidente, pero renunciará en abril de 1909, por no compartir una resolución de Asamblea General de dedicar algunos rubros para la realización de fiestas, quedando como presidente Crisanto Aguirre.

En 1911 toma la presidencia Antonio Cazón Prieto quién permanecerá en la misma hasta pasada la inauguración del Teatro. Esta gran obra cultural fue aprobada el 19 de mayo de 1912, recordando en la ocasión al extinto Francisco Vega que fue quién bregó por ello.

Luego de un minucioso estudio de los proyectos presentados se elige y firma el 25 de junio el contrato con el arquitecto Antonio Llambías de Olivar por 13.000 pesos pagaderos en 5 pagos escalonados.

En Asamblea General del 15 de setiembre de 1912, recién se resuelve que se puedan hacer socios las esposas e hijos de españoles. Se crea también el cargo de secretario de la comisión directiva además del secretario rentado.

Se resuelve una ampliación en el presupuesto de la obra para la realización de palcos en un segundo piso. Más adelante se resolverá otra ampliación más para la construcción de los camerinos.

En 1914, ya finalizadas las obras, se contrata con la compañía Serrador Mari la realización de 10 funciones al precio de 3.000 pesos que serían pagaderos los primeros mil pesos antes de su salida de Montevideo, los segundos mil después de la primera función y el saldo al terminar todas las funciones. Los precios de las entradas serían: las sillas de los palcos 1,5 pesos y las sillas de las tertulias un peso. Para la primera función uno de los palcos a su elección fue cedido gratuitamente para el Intendente Municipal de Cerro Largo, Bernardino Trique.

Finalmente, el 19 de agosto, abre sus puertas al público por primera vez el Teatro España poniendo en escena la obra de Oscar Wilde ‘Una mujer sin importancia’.

En la actualidad el teatro de la Sociedad Española de Cerro Largo es el único en la región y es utilizado por las fuerzas vivas del departamento además de la sociedad.

En estos días los festejos fueron simplemente el recordar a través de una declaración a aquellos 54 españoles que conformaron una sociedad para ayudarse y ayudar a la población sin importar su nacionalidad, raza o religión, demostrando con su crecimiento y bajo las distintas circunstancias del país, guerra incluida, que consiguieron continuar con aquel sueño de hace 140 años siendo un ejemplo para el departamento.