La guardería española de Berna inaugura local y nueva etapa tras un año de incertidumbre

Sus responsables tuvieron que buscar a contrarreloj un lugar que sustituyera a su antigua ubicación

Un momento de la inauguración.

La inauguración cierra así un año de incertidumbre en el que los responsables del centro tuvieron que buscar a contrarreloj un lugar que pudiera sustituir la antigua casa en la que se ubicaba la guardería. “El último año ha sido realmente difícil y complicado, porque nos hemos visto obligados a realizar diferentes cambios para intentar mantener nuestro pequeño mundo”, explica la directora de la entidad, Ana López, “al realizar esta inauguración oficial, hemos tenido la posibilidad de informar a un amplio colectivo de personas sobre nuestra continuidad en otra zona de Berna”.
En un ambiente festivo, varias decenas de padres y niños sentados en sillas diminutas asistieron a la entrega simbólica de las llaves del centro que la presidenta de la asociación que gestiona la guardería, Letica Kull García, hizo a la directora Ana López. “La Junta Directiva está formada por un grupo de mujeres, madres de alumnos de la guardería, que han comenzado su trabajo como representantes de la asociación con mucho interés y profesionalidad -expone López-. Son muy eficientes, resolutivas y rápidas en realizar actuaciones que favorezcan las mejoras para estabilizar el ingreso de niños y con ello la situación financiera”. Parte de estas gestiones pasan, en estos momentos, por incorporarse al sistema de guarderías suizo y contar así con el apoyo financiero de Berna.
Asistentes e instalaciones
En cuanto a las instituciones españolas, algunas de las presentes en Suiza mostraron su apoyo a través de varios de sus representantes. De hecho, el director de las Aulas de Lengua y Cultura de Berna, Pedro Herranz, participó en el acto contando una fábula sobre una caja mágica (la guardería) y un cuento sobre un niño astrónomo. Por parte de la Administración española acudió la secretaria general de la Consejería de Trabajo, María José Ibáñez, y María Jesús Calvo, representante del cuerpo administrativo de dicha consejería.
Una vez terminado el acto, los asistentes fueron visitando con tranquilidad las instalaciones del centro que, además de las aulas de los tres grupos en los que los niños están divididos, cuenta con un taller de manualidades, un cuarto para que duerman los más pequeños, dos cocinas y una zona de juegos al aire libre.
Todo esto en un ambiente donde el español continúa siendo el idioma que más se escucha a pesar de que el centro ha ido evolucionando y ahora acoge a muchos hijos de suizos o parejas mixtas. “Ofrecemos una opción multicultural, el deseo y el gusto de conocer otras costumbres, tanto lúdicas como musicales, y también culinarias. Es un ejemplo de integración, de tolerancia. La guardería es innovadora y fruto del amor y el gusto de estar con los niños”, concluye la responsable del centro.