Jóvenes descendientes de gallegos llenaron de música y bailes el Hogar Español de Ancianos de Montevideo

La banda de gaitas ‘Irmandade del Valle Miñor’ y el grupo ‘Parrendeiros do Val’ ensayaron en las instalaciones

‘Parrendeiros do Val’ e ‘Irmandade del Valle Miñor’ en el Hogar Español.
Los mayores se animaron a bailar.

No se trató de un espectáculo organizado como tal, según comentan los jóvenes, sino que “teníamos que ensayar, y como la otra vez lo pasamos muy bien junto a los viejitos del Hogar, hoy volvimos a disfrutarlo y de paso ensayar” para la participación en el Festival de Música Celta en Montevideo a mediados de octubre.
La banda de gaitas Irmandade, es la de mayor número de músicos y es compartida por el Club Valle Miñor con otras instituciones y adonde se la pida, concurriendo así a recorrer todo el país interviniendo en festividades de todos los rincones del Uruguay. Pero los jóvenes del Valle, y otros provenientes de otras instituciones que se reúnen allí amando la música y los bailes gallegos, entre copas y copas en los encuentros organizado en el Valle llamados ‘Tabernas Celtas’, decidieron organizar un grupo para disfrutar de la música. Así fue como nacieron los que llamaron, no podía ser de otra manera, de los ‘Parrendeiros’, que junto a la banda Irmandade se presentarán a mediados de octubre en la Sala Zitarrosa de Montevideo, en el Festival de Música Celta de Uruguay. Preparando estas actuaciones, ensayando ya con toda la energía para éste evento que comparten con grupos irlandeses, ingleses y asturianos, además de los gallegos de “Os Williams”, llegaron próximo a las 16 horas al Hogar Español de ancianos y luego de preparar los instrumentos se arrimaron hasta el comedor donde los abuelos estaban merendando y al comienzo les alegraron con su música y su baile, pero al poco tiempo ya eran los abuelos los que les sacaban a bailar y se divertían con mucho gusto y placer.
Estos momentos que son inolvidables para quienes pasan los últimos días de su vida en una institución como el residencial de ancianos español de Montevideo, que es una gran aldea para ellos, no deja de ser para algunos de estos veteranos una de sus últimas alegrías.
También para los jóvenes son instantes que se marcan a fuego en su vida, porque el estrecharse con los emigrantes más viejitos en bailes que destilan mucho cariño, no es más que un impulso para sentirse útiles a quienes construyeron una colectividad española en Uruguay, enviaron muchos de ellos dinero a la familia que quedó en España en épocas difíciles, y hoy, muchos sin familia, lejos de su tierra viven sus últimos días en una triste cuenta regresiva.