Con una ofrenda floral y el recuerdo a los emigrantes fallecidos en Uruguay, el Patronato da Cultura Galega de Montevideo y la Federación de Sociedades Gallegas del Uruguay comenzaron el domingo 3 de julio las celebraciones por el mes de Santiago que se extenderán hasta rematar en la Catedral metropolitana con una misa celebrada en lengua gallega.
Frío, lluvia y neblina abundante, fueron las mañanas previas al domingo 3 de julio, cuando a orillas del Rio de la Plata, más precisamente en el Cementerio Central de Montevideo, un puñado de cincuenta emigrantes “como todos los años, venimos a rendirle homenaje a los gallegos que ya no están con nosotros y que descansan en esta tierra uruguaya”, tal como aclaró en su discurso el presidente del Patronato da Cultura Galega, José Otero, al pie del ‘cruceiro’ que desde el siglo XIX está allí mirando al mar.
Allí se desarrolló con la benevolencia del clima una conmovedora ceremonia durante la cual se dejó una ofrenda floral al pie del primer ‘cruceiro’ gallego plantado en territorio uruguayo para recordar a todos los emigrantes gallegos que vivieron y murieron en esta su segunda patria, donde echaron raíces que permitieron construir un país que tan pequeño como Galicia supo darles a ellos y sus descendencia democracia, educación y libertad.
El lugar escogido es el más apropiado ya que una vez instalado el Cementerio Nuevo de Montevideo en 1835, el orensano Luis Fernández Bermello solicita y obtiene la autorización para ser sepultado bajo el ‘cruceiro’ que dona a la nueva necrópolis.
Según el autor del libro ‘Cruceiros del Montevideo antiguo’, Carlos A. Zubillaga Barrera, editado por el Patronato da Cultura Galega, un documento que firma el propio Fernández Bermello precisa que “quiero y expresamente es mi voluntad que después que acaezca mi fallecimiento, mi cadáver sea sepultado precisamente en la repisa o bajo de las lozas que están construidas de peaña al Crucifijo que como pertenencia mía presente para que se colocase en el Nuevo Cementerio que se construyó en esta Ciudad de Montevideo cuando fue fundado; y para cuya obtención recabé y tengo en mi poder la orden del consentimiento expreso que me fue expedida por el Señor Jefe Político y de Policía del Departamento…”.
Bajo el Cruceiro del Cementerio Nuevo, instalado en el centro del primer cuerpo de la necrópolis, recibe sepultura el 14 de noviembre de 1838 el anciano orensano Luis Fernández Bermello. Según consigna Zubillaga “allí permaneció soportando la indiferencia ciudadana, hasta que el 25 de julio de 1965, el Patronato colocó junto a su basamento, una placa con esta leyenda “Neste sartego e cruceiro galego rendemos homaxe ós galegos mortos no Uruguai”.
La celebración fue dirigida por los presidentes del Patronato, José Otero, y de la Federación de Sociedades Gallegas, Román Nogueira, además de distintos directivos de otras instituciones y un puñado de emigrantes que ante las inclemencias del tiempo siempre acuden a rendir este sentido homenaje. Un gaitero emigrante, Juan Sánchez, también le pone el sonido a la gélida mañana montevideana para hacernos sentir que Galicia está entre nosotros.
De esta forma se inician las celebraciones del mes de Galicia en Uruguay que continúan con las fiestas que organizan las distintas instituciones. Todas tienen en común la tradicional queimada imprescindible para paliar la ‘morriña’ y para calmar las gripes en el invierno austral.
Asimismo, el mes de Galicia culminará el 31 de julio con la celebración de la misa en lengua gallega que oficia el párroco gallego Aurelio Vázquez en la Catedral Metropolitana de Montevideo a las 12.30 del mediodía.