Falleció en La Habana la secretaria de la Sociedad Cultural y Benéfica Unión Barcalesa, Conchita Suárez Morilla

Gracias al trabajo que realizó desde la década de 1960 junto a su esposo, Rolando Pérez Palmero, consiguieron mantener viva la entidad

El presidente de la Unión Barcalesa, Manuel Rodríguez, junto a Conchita Suárez.

El pasado 5 de diciembre falleció en la capital cubana a la edad de 83 años, Concepción Suárez Morilla, ‘Conchita’, secretaria de la Sociedad Cultural y Benéfica Unión Barcalesa de La Habana, según dio a conocer a los medios su titular, Manuel J. Rodríguez Barreiro. El sepelio de la destacada directiva se efectuó al día siguiente en el Panteón de la entidad en la Necrópolis ‘Cristóbal Colón’, lugar donde reposan los restos de muchos emigrantes barcaleses a los que Conchita siempre ayudó con tanta dedicación, y los de su esposo y presidente de la sociedad, Rolando Pérez Palmero, fallecido en 2013. En las honras fúnebres se encontraban presentes junto a sus familiares y amigos, directivos y asociados de la sociedad barcalesa y otras entidades españolas.

Concepción del Rosario Suarez Morilla nació en La Habana el 8 de diciembre de 1932. Hija de emigrantes españoles: padre gallego, de Negreira, y madre andaluza, desde muy joven se vinculó a las sociedades gallegas, en las que su padre se encontraba activo desde 1920. Entre ellas, la ‘Unión Barcalesa’, donde ocupó diversos cargos directivos: primero como vocal y posteriormente secretario y presidente.

Conchita comenzó su vida social en la Unión Barcalesa en 1959, integrándose a la Junta Directiva como vocal entre los años 1969 a 1975, ocupando posteriormente la Secretaría Social hasta el momento de su fallecimiento. También era socia del Centro Andaluz de La Habana, entidad en la que también era miembro de su Junta Directiva.

En 1995 asistió en el Concello de Negreira, junto a su esposo y presidente de la sociedad, Rolando Pérez Palmero, a la entrega formal de las escrituras de propiedad de tres escuelas que los barcaleses mandaron a construir desde Cuba a principios del siglo XX en las parroquias de Aro, Seoane y Covas. Desde su incorporación a la directiva tuvo la alta responsabilidad de la custodia de los archivos de la sociedad, gracias a cuya existencia pudo escribir la historia de esta sociedad el profesor X. Amancio Liñares Giraut. Según declaró a España Exterior el reconocido investigador gallego: “Que en la actualidad siga viva la Unión Barcalesa de La Habana-fundada en 1907- se debe mucho a este matrimonio, por su trabajo constante al frente de la sociedad desde la década de 1960 hasta hoy”.