Con la ley en la mano

¿Está velando el Estado por los derechos de los emigrantes?

Por Ricardo Martínez Barros

Debo decir que muchas veces se me plantea la duda sobre lo que significa “Estado de Derecho”. Y más dudas aún me acechan cuando, observando la realidad social que me rodea, compruebo que “estado de derecho” hasta puede no ser coincidente con “estado democrático” (pensemos en aquellos que bajo un sistema “trufado” de participación del “pueblo” -“democracia”- quieren hacer desaparecer el Estado de Derecho). De manera que la confusión es mayúscula y no exenta de temores, por mucho que los ingleses sigan insistiendo que su “rule of law” es intocable y los alemanes se esfuercen en señalarnos que ese concepto, acuñado por Immanuel Kant, esté en la propia esencia del “Rechtsstaat”.

Digo yo que un Estado de Derecho es aquel en donde la norma (la ley en sentido amplio) es el instrumento principal para obligar y ordenar los comportamientos de los ciudadanos. Por eso me entusiasmo cuando leo el art. 42 de la CE: “El Estado velará especialmente (el subrayado es mío) por la salvaguarda de los derechos económicos y sociales (por ejemplo, el derecho a votar) de los trabajadores españoles en el extranjero, y orientará su política hacia su retorno”.

A mí me consta que en mi Comunidad (y también en otras) se está haciendo un esfuerzo importante para dar contenido a este mandato constitucional. Pero este esfuerzo hay que reorientarlo y revitalizarlo, porque estamos ante una “cuestión de Estado”. Y los “asuntos de Estado” deben superar las posiciones partidistas o “departamentales” que tan a menudo pretenden instrumentalizar lo que es “norma suprema”. Hay muchos “conductores de masas” que, debido a la escasa renta de votos de los emigrantes, apenas le dedican unos segundos a plantear y resolver los temas de la emigración. Los problemas de la emigración no se resuelven con programas electorales sino con actuaciones responsables y eficientes.

Con el “Estado de Derecho” no se juega. O nos sometemos a la norma, o de lo contrario ni habrá ESTADO, ni mucho menos habrá DERECHO. Y sin “Estado de Derecho” me parece que vale muy poco estar esgrimiendo lo de “estado democrático”, porque EL DERECHO es la base y, a su vez, el límite que tiene la actividad del Estado, que ha de responder siempre al interés público. “La soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado” (art. 1.2 de la CE). Y el pueblo español son también los emigrantes que, desgraciadamente, una vez más, van a tener una escasa participación en la elección de esos “poderes del Estado”. De ahí que nos hagamos la pregunta ¿está velando el Estado por los derechos de los emigrantes?