El exalcalde de Girona, Carles Puigdemont, investido presidente de la Generalitat de Cataluña al límite del plazo

Artur Mas se vio obligado a renunciar para salvar el apoyo de la CUP y evitar nuevas elecciones

Investidura de Carles Puigdemont.

Sólo un día antes, el 9 de enero, el actual presidente en funciones, Artur Mas, dio su brazo a torcer y se echó a un lado para lograr el apoyo de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). Así, la coalición Junts pel Sí (JxS) que forman Convergencia Democràtica de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) con entidades soberanistas presentó como candidato al hasta entonces alcalde de Girona, Carles Puigdemont, que iba en las listas de JxS.
Puigdemont fue elegido presidente de Cataluña el día 10, a menos de tres horas del cierre del plazo legal para convocar nuevas elecciones, con el voto a favor de Junts pel Sí y de 8 miembros de la CUP y la abstención de otros 2. Aseguró en la investidura que aplicaría de inmediato la resolución secesionista aprobada por el Parlamento y anulada por el Tribunal Constitucional. Esa misma tarde compareció el presidente del Gobierno de España en funciones, Mariano Rajoy, para una declaración institucional en la que afirmó contar con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos, tras hablar con sus líderes, para frenar la amenaza independentista. “No dejaré pasar ni una”, avanzó.
Puigdemont nombró un gobierno formado por cargos de CDC y de ERC -previamente acordado por Mas con el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, nuevo vicepresidente económico de la Generalitat- y Mas dejó el Parlamento tras renunciar a su acta de diputado para centrarse en la reconstrucción de Convergencia. El nuevo presidente, que ignoró al Rey y a la Constitución en su juramento del cargo, rechazó posteriormente la declaración unilateral de la independencia y avanzó que la desconexión de España podría prolongarse más de los 18 meses previstos en el acuerdo de gobierno, frente al enfado de ERC y la advertencia de la CUP de que pueden echarle si incumple lo previsto.