Al mediodía, la casa de campo de la Beneficencia Española abrió sus puertas para recibir a los primeros invitados entre los cuales se encontraban socios, amigos y distinguidas autoridades como el cónsul general de España, Bernardo de Sicart Escoda; el consejero de Trabajo e Inmigración, José Valles Calatrava; y el presidente del Centro Español del Perú, Eugenio López Pérez, entre otros.
Tras almorzar la tradicional paella valenciana y disfrutar de un espacio lúdico lleno de actividades de integración, se escucharon los primeros petardos que llamaban a los asistentes a participar de la mascletá. El ambiente expectante fue propicio para la “cremá” de la cuarta falla de la entidad, en la que se representó el fenómeno del “calentamiento global” que la humanidad está viviendo en estos tiempos. Este monumento transmitía un mensaje vital que conmovió y generó reflexión en propios y extraños. El trabajo de muchos meses de preparación llegaba a su final y les permitió a los miembros del centro valenciano mostrar un poco de su querida Valencia.