El veinte por ciento del dinero que los inmigrantes envían desde España a sus familias llegan a sus países de origen a través de canales “informales”, sin control ni garantías, mediante prácticas tan antiguas como sencillas o aprovechando las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías. En 2007, las remesas informales pudieron alcanzar los 1.600 millones de euros, según estimaciones de los profesionales que estudiaron el problema, y que dirigió Iñigo Moré. Frente a esa estimación, las remesas formales enviadas desde España sumaron 8.100 millones de euros, según datos oficiales, cantidad inferior en 2008 por la crisis.
‘Inmigración y remesas informales en España’ es el título del estudio publicado por el Observatorio Permanente de la Inmigración y presentado por la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, en la sede del organismo que dirige. Un trabajo “excelente, riguroso y pionero”, para Rumí, quien destacó que para muchos países las remesas de sus emigrantes, “como nos pasó a nosotros, los españoles, décadas atrás”, suponen un porcentaje importantísimo de su Producto Interior Bruto.