Durante su estancia en Buenos Aires, el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, y el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, visitaron algunas instituciones de la colectividad; en el caso de las asociaciones de Residentes de Mos y Porto do Son, porque han cumplido recientemente su primer centenario de vida, en el del Círculo Social Val Miñor, porque celebró hace tan sólo una semana sus 90 años, y en el del Centro Lalín, Agolada y Silleda, porque es de donde es originario el responsable del departamento de educación y cultura de la Xunta para que pudiera visitar a sus paisanos.
Según señaló Miranda a España Exterior, la Xunta destina a las casas y centros del exterior más de 1,5 millones de euros cada año en programas destinados a ayudar a su funcionamiento, mantenimiento y el desarrollo de sus actividades, “pero eso no impide que seamos conscientes de un proceso que es absolutamente imparable y que es el transcurso del tiempo, y por lo tanto nuestra colectividad debe ser cada día más consciente de la necesidad de llevar a cabo un proceso de integración de entidades en la medida en la que voluntariamente lo consideren, pero que es necesario porque si no vamos a tener una reducción en cuanto al número de personas que forman parte de estas instituciones y así entrar en riesgo su subsistencia, y eso no podemos permitirlo”.
En ese sentido, machacó con la necesidad, cada día más imperiosa, de que los centros comiencen a fusionarse e integrarse para crear instituciones más fuertes y asegurar así su perduración en el futuro: “Sé que es una tarea difícil y compleja, pero es un tema sobre el que todos debemos seguir llamando la atención”.
Como ejemplo de la dirección a seguir, mencionó el caso de Venezuela, “un país en el que, a pesar de los momentos de dificultad que se están viviendo, se ha llevado a cabo un proceso que culminó en que hoy tengamos entidades grandes, fuertes y que prestan importantes servicios de sustento básico y atención social con las cuales la Administración puede colaborar para hacer llegar ayudas, prestaciones económicas y medicamentos a los gallegos más necesitados. Si esas instituciones no fueran fuertes y tuvieran la estructura que tienen, no podrían dar ese soporte, por eso creemos que hay que mirar a largo plazo y ver cómo fue la experiencia en otros países, porque pueden servirles de guía”.
Miranda aseguró que de esta manera también se estará asegurando el legado creado por los miles y miles de emigrantes que fundaron estas instituciones: “Hay que pensar en la herencia que nos han entregado para entregar una herencia, si es posible, un poco mejor, y eso significa que donde había tres, cuatro o cinco centros al final haya un gran centro que agrupe a una gran cantidad de gallegos, porque todos nos sentimos identificados con la palabra Galicia y eso es lo que realmente importa. Es un tema permanente que todos debemos tratar; tenemos que darnos cuenta de que es muy necesario aplicarlo cuanto antes porque si nos retrasamos cuando se haga puede ser tarde”.