NUEVA EMIGRACIÓN

Los emigrantes en Argentina se esfuerzan por transmitir el amor por España a las nuevas generaciones

Las nuevas tecnologías y el contacto con los centros y asociaciones son instrumentos para mantener vivas las señas de identidad

Florencia Calvo y Luis Luján junto a sus diez hijos.
Santiago y su abuelo, Pedro Sánchez de la Rosa.
Gustavo Fernández junto a su familia.
Ernestina Fernández junto a su orgullosa abuela.
Chari Sánchez junto a su marido e hijos.

Si bien Argentina no es uno de los destinos más elegidos por los españoles que han emigrado en los últimos años, el país austral ha experimentado, en particular desde la sanción de la Ley de Memoria Histórica y la ampliación al acceso a la nacionalidad para los descendientes de emigrantes que la misma conllevó, un gran incremento del número de nuevos ciudadanos españoles residentes allí.

Para darse una idea, tan sólo en la jurisdicción que corresponde al Consulado General de España en Buenos Aires se encuentran inscritos alrededor de 325.000 españoles. Ahora bien, se estima que de esa cifra aproximadamente solamente entre un seis y un nueve por ciento son españoles nacidos en España, mientras que el resto son segundas y terceras generaciones ya nacidas en Argentina.

La relación con España de estos nuevos españoles en el exterior, a quien también puede considerarse como emigrantes a pesar de no haber sufrido en carne propia el difícil proceso de la emigración (cabe pensar, por ejemplo, que si decidieran irse a vivir a España serían considerados como españoles retornados según los programas de muchas administraciones), muchas veces es difusa.

Hay que tener en cuenta que una de las causas que motivó a muchos emigrantes a tramitar la nacionalidad española para sus hijos (o a sus hijos que ya contaban con la nacionalidad a realizar el mismo proceso con sus propios hijos, los nietos de emigrantes) está relacionada a las crisis económicas que, lamentablemente, se suceden periódicamente en el país austral.

Ejemplo de ello eran las largas filas que a comienzos del siglo XXI se formaban en la sede consular española de la demarcación de Buenos Aires y los anuncios publicitarios en las calles (los famosos pasacalles) en los que agencias privadas se ofrecían para gestionar la nacionalidad española con mayor rapidez.

Esto provocó que, en muchos casos, la solicitud de nacionalidad para los descendientes estuviera vinculada a una situación coyuntural, aunque siempre estuviera presente en el fondo el deseo de transmitir una identidad que, además, les corresponde por derecho a estas nuevas generaciones de argentinos-españoles.

De todas maneras, hay muchísimos casos en los que los hijos y nietos de emigrantes mantienen una relación mucho más cercana y directa con España, y estas situaciones siempre están vinculadas a su participación en la amplia red de instituciones españolas fundadas por los emigrantes, muchas de ellas ya casi centenarias.

Mantener la identidad

Fue en estos centros regionales, creados en un principio para brindar una labor solidaria a aquellos emigrantes recién llegados a Argentina y que con el paso de los años fueron reconvirtiéndose para centrar sus acciones en el campo social y cultural, donde los hijos y nietos comenzaron a cimentar su identidad española al tener un contacto directo con las tradiciones que trajeron sus padres y abuelos, manteniendo viva al mismo tiempo la memoria de todo lo que significó, y aún significa, el proceso migratorio.

El caso de Florencia Calvo, quien preside el Centro Zamorano de manera ininterrumpida desde 2009, es bastante particular, ya que, junto a su marido, Luis Luján, han tenido diez hijos, y todos ellos cuentan con la nacionalidad española.

Ella recuerda ya desde muy chica concurría al Centro Zamorano junto a su padre emigrante, quien la llevaba a las comidas y reuniones que allí se celebraban. A medida que fue creciendo, su vinculación a la institución se fue haciendo más directa y personal, participando en su conjunto de teatro y llegando a ser reina de la entidad.  Este amor por España y por Zamora se fue transmitiendo a sus hijos (las más grandes, Valentina y Pilar ya superan los 20 años y los mellizos Dolores y Cristóbal, de cinco, son los más pequeños), para quienes también desde muy chicos concurrir al Zamorano se les hizo una cuestión habitual.

Florencia señala que la relación de sus hijos con España “es de conocimiento y cercanía”, por un lado, por su vinculación con el Centro Zamorano pero también porque tienen un tío que vive en Sevilla.

“Mis hijas más grandes son las que tienen más presentes la vinculación con España, porque, además de haber formado parte de los conjuntos de baile del Centro Zamorano, viajaron hace poco a Zamora gracias al programa Raíces de la Diputación provincial. Una de ellas quedó encantada con Salamanca y está pensando mucho en la posibilidad de hacer una experiencia allá, tal vez estudiar”, explica.

Durante ese viaje, que tuvo para las chicas uno de sus puntos más emotivos haber podido conocer la casa en la que su abuelo había nacido, también visitaron otras regiones más allá de las de Castilla y León, como las ciudades de Barcelona, Madrid y Sevilla, en donde estuvieron con su tío.

Sobre sus hijos más pequeños, que cuando hay una fiesta en el Zamorano visten orgullosos los trajes tradicionales, Florencia cuenta que también tienen muy presentes su vinculación con España: “Cuando en el colegio aprenden la historia de la emigración a Argentina es un tema que ellos lo tienen clarísimo, y llevan fotos de su abuelo para mostrarles a sus maestros y compañeros. Ellos entienden que sus raíces están en otro país, porque además al colegio van chicos de muchas nacionalidades, entonces la emigración la siguen viviendo cotidianamente”.

Al analizar los motivos que llevan a un descendiente de español a tramitar para sus hijos la nacionalidad de sus padres o abuelos Florencia reconoce que muchas veces esa decisión surge de una cuestión coyuntural, como puede volver a suceder ahora que Argentina vive, una vez más, una fuerte crisis económica y las nuevas generaciones perciben que tal vez no puedan desarrollarse en su país de nacimiento.

“Mucha gente se comienza a plantear de qué le puede servir tener la ciudadanía española, pero para mí la construcción de las raíces pasa por otro lado: uno puede tener una relación muy fuerte con el país de sus abuelos o padres y eso creo que vale más cuando no está atado a si ese país te puede o debe dar algo”, concluye.

Flamenco y fútbol

María del Rosario Sánchez Mancini (Chari para sus amigos y conocidos) tiene dos hijos, Santiago de 12 años y Pilar de 7, y ambos cuentan con la nacionalidad española. Su padre, Pedro Sánchez de la Rosa, es un emigrante sevillano que fue presidente durante muchos años del Rincón Familiar Andaluz, por lo que, al igual que el caso de Florencia, desde muy pequeña fue habitual para ella concurrir a actividades vinculadas a la colectividad española, tal como ahora lo hacen sus hijos.

“Pilar baila flamenco en el conjunto infantil del Rincón, y va todos los sábados. Su abuelo es su fan número uno, y gracias al flamenco comparten muchas cosas. Además, la presidenta de la institución, Constanza Salgueiro, es su madrina. A Santiago el flamenco no le gusta, pero se vincula con España y con el abuelo a través del fútbol, porque el tío abuelo de Pedro era Ramón Sánchez Pizjuán, nombre que lleva el estadio del Sevilla”, relata Chari.

Nuevas tecnologías

También brinda un ejemplo de la importancia que las nuevas tecnologías tienen para que las nuevas generaciones de españoles puedan vincularse a España, a veces de maneras más impensadas. “A Santiago le gusta el rap español y también sigue a muchos youtubers españoles, en particular andaluces, y se los muestra al abuelo, pero mi papá no entiende mucho de qué va eso de los youtubers”, cuenta con una sonrisa.

“Tanto Santiago como Pilar tienen muy presentes lo que es la emigración porque es un tema que se habla en casa y saben del esfuerzo que hizo su abuelo, que vino sólo cuando era chico y lo esperaba un hermano en Argentina, y eso lo valoran mucho. También entienden que su abuelo empezó a ir al Rincón para estar con gente amiga y no estar solo”, añade.

Respecto a los motivos por los cuales tramitó la nacionalidad de sus hijos, Chari cuenta que lo hizo “por tradición”, y agrega: “Yo siento que ellos siempre fueron españoles porque yo también soy española, y por eso les tramitamos la ciudadanía cuando nacieron, al igual que mi papa la hizo por mí cuando yo era chica. No lo hicimos por una cuestión de necesidad de tener la ciudadanía, sino porque queríamos que la tengan”, resalta.

Atender a las nuevas generaciones

Sin embargo, no descarta que en el futuro sus hijos puedan participar de algún tipo de programa de becas o capacitación para realizar en España. “Yo creo que las nuevas generaciones de españoles nunca deben dejar de ser atendidas por España, porque es importante que también se fomente el contacto con ellos, que se los reconozca como españoles y que se establezcan programas dirigidos especialmente a ellos”, afirma.

En el caso de Gustavo Fernández, sus hijos, Ernestina, de diez años, y Tupac, de cuatro, aún no cuentan con la ciudadanía española, pero asegura que en el futuro se las va a tramitar: “Más que nada por una cuestión práctica, no es que pensamos que el tema de contar con los papeles resuelve algo, pero siempre es bueno que ellos los tengan porque es una herramienta más y uno nunca sabe qué va a pasar en el futuro. La idea es que puedan contar con programas que por derecho les van a corresponder para estudiar o trabajar si alguna vez quieren viajar a España o a otros países de Europa”.

Hijo de padre y madre gallegos, Gustavo tiene una amplia trayectoria dentro de las instituciones de la colectividad. Fue presidente de la Asociación de Jóvenes Descendientes de Españoles en la República Argentina (Ajdera) y de la Fundación de Cultura Gallega Xeito Novo. Actualmente es miembro del Consejo de Residentes Españoles de Buenos Aires, además de integrar la Agrupación Federico García Lorca, en la que cuenta, “trabajamos sobre la identidad española con sentido republicano”.

Sus dos hijos hacen canto y baile gallego en Xeito Novo, pero la nena, que es la más grande, es la que está más cercana a la cultura gallega. Mucho de lo que saben de Galicia y de España les ha sido transmitido por su abuela, quien suele contarles historias y anécdotas.

Las entidades, una red que hay que aprovechar

Estas nuevas generaciones, afirma, pueden beneficiar, y a la vez verse beneficiadas, si se integran a las instituciones de la colectividad: “Para los jóvenes es un beneficio porque tienen una red de contención que ya está armada de entidades que todavía son fuertes y que pueden aprovechar. Al mismo tiempo, ellos deben ser conscientes de que mantener ese entramado es algo positivo porque, más allá de todo lo que tiene que ver con el aspecto cultural, puede sumar mucho a sus vidas personales y profesionales”.

Como consejero del CRE, Gustavo sigue muy atentamente toda la cuestión vinculada a la posible ampliación del acceso a la nacionalidad española para aquellos descendientes que quedaron fuera de los supuestos que abarcó la Ley de Memoria Histórica y que provocó, por ejemplo, que en algunas familias se dé el caso de un hermano mayor de 18 años que no tiene la nacionalidad y uno menor que sí pudo acceder a ella.

Un acto de justicia

“Creo que la ampliación del acceso a la nacionalidad para todos los nietos es, principalmente, un acto de justicia, ya que constitucionalmente les corresponde y el Estado tiene que cumplir con ese derecho, ser responsable y legislar de acuerdo a ello. España puede ver esta cuestión de dos formas: que se incorporará un gran número de nuevos ciudadanos que serán su responsabilidad, pero que también tienen un gran valor agregado por que serán españoles que ya tienen una identidad heredara de sus padres y abuelos, y eso facilita su integración”, asegura.

Respecto a la posibilidad de que la crisis económica en Argentina provoque el retorno a España de los hijos y nietos de emigrantes, amplió: “Las nuevas generaciones son una responsabilidad para España, porque de acuerdo a la ley son ciudadanos españoles y el Estado tiene una responsabilidad para ellos; si les saca provecho mejor. Cuando un capital de trabajo llega a España, es más fácil adaptarse para quienes tienen un mayor conocimiento de la idiosincrasia española”.

2 comentarios en “Los emigrantes en Argentina se esfuerzan por transmitir el amor por España a las nuevas generaciones

  1. Llevo residiendo en este pais, Argentina, desde que tenia 17 años, hoy ya cumpli 86, me siento comodo, este pais me permitio llegar hasta donde mis fuerzas pudieron llegar. No me quejo, me he sentido siempre bien tratado. Pude estudiar hasta donde considere era necesario para vivir independiente. Pude desarrollarme hasta donde me propuse llegar. Tengo una familia maravillosa con mi esposa, mis hijos y nietos.Tengo mi casa, ¿Que mas quiero?. Nada mas, vivir el resto de mi vida cerca de ellos y tratar de comprender los achaques que soportamos por la incomprension de algunos que no estan de acuerdo pero no hacen nada para remediarlo.-

  2. Hola,
    Estoy buscando un familiar que emigro a Buenos Aires en los años 20
    Se llamaba Sanchez de los Catalinos y nació en Alquerias (murcia)
    gracias.
    roserrius.@yahoo.es…………………………………………………………………………………………………………………..

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