Las primeras Medallas de Honor del Consello da Cultura Galega celebran el trabajo de la diáspora y la acción cultural gallega en el exterior

Uno de los premiados, a título póstumo, fue Francisco Lores, principal promotor del Museo de la Emigración Gallega de Buenos Aires y presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina

Lorena Lores, Ana Paula Leborinho, Alberto Núñez Feijóo, Ramón Villares, Miguel Santalices y Pablo Figueroa.
Intervención del presidente de la Xunta.
Imponiendo la Medalla a Ana Paula Leborinho.
Dolores Vilavedra, María Xosé Porteiro, Miguel Santalices, Rosario Álvarez, Pablo Figueroa, Lorena Lores, Alberto Núñez Feijóo, Ana Paula Laborinho, Ramón Villares y Maximino Zumalave.

En un emotivo acto celebrado en el Salón de Actos del Consello da Cultura Galega la mañana del 23 de mayo, se entregaron las primeras Medallas de Honor del Consello da Cultura Galega. Los galardonados fueron Pablo Figueroa Dorrego, Ana Paula Leborinho y, a título póstumo, Francisco Lores Mascato. Las medallas fueron entregadas por Ramón Villares, presidente del Consello, Miguel Ángel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, y Alberto Núñez Feijóo, presidente de honor del Consello da Cultura Galega y de la Xunta de Galicia.

Segúno afirmó Ramón Villares en el discurso inicial, las Medallas de Honor del Consello da Cultura Galega fueron creadas para fortalecer y reconocer la importancia que la diplomacia cultural y la acción exterior tiene para el futuro de la cultura gallega, y reconocer asimismo el importante peso de la diáspora en la conformación de la imagen de la Galicia contemporánea. Villares explicó que el Consello podrá conceder un máximo de dos galardones por año. La concesión de las medallas no incluye dotación económica.

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se refirió a los galardonados como la prueba de que los gallegos somos un pueblo y una cultura que dan la mano, que acercan, agrupan y no tienen miedo al futuro. “Un pueblo único y diverso, sin fracturas, que comparte una cultura que no es de nadie y que quiere incorporarse a las grandes corrientes culturales, tal y como es”, aseveró.

Entidades de todos los emigrantes

Uno de los galardonados fue Francisco Lores Mascato, más conocido como Paco Lores. Fue secretario general de la Federación de Sociedades Gallegas de Argentina y un decisivo impulsor del Museo de la Emigración Gallega, creado en Buenos Aires en 2005. María Xosé Porteiro, miembro del Plenario del Consello da Cultura Galega, fue la encargada de presentarlo. Paco Lores falleció en 2017 y fue su hija Lorena Lores la encargada de recoger el premio, concedido a título póstumo para el año 2017.

“Pertenece a Francisco Lores Mascato la idea de que las entidades de la emigración son de todos los gallegos, españoles y argentinos, aunque sean personas concretas las que las hacen nacer y llevan adelante”, resaltó el presidente de la Xunta recordando que Paco Lores hizo de la cultura gallega algo universal y al mismo tiempo próximo.

Otro de los galardonados, Pablo Figueroa Dorrego, tuvo un destacado papel como promotor de la cultura gallega desde su puesto de consejero de Empleo y Seguridad Social en la Embajada española en el Brasil, y colaboró con la institución en la visibilización de la lengua del país en el ámbito cultural lusófono. Fue presentado por Maximino Zumalave, exvicepresidente del Consello de la Cultura Galega.

Sobre él Feijóo destacó su larga trayectoria como servidor público, con una mención especial a su desempeño como director de la Escuela Gallega de Administración Pública (EGAP). “Contamos con un servicio público eficiente, independiente e implicado. Valores que encarna este galardonado”, dijo.

La tercera medalla fue para Ana Paula Laborinho, profesora de la Universidad de Lisboa, fue presidenta del Instituto Camões y actual directora en Portugal de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI). Laborinho apoyó decisivamente la entrada del Consello da Cultura Galega como observador en la Comunidad de los Países en Lengua Portuguesa (CPLP), creando espacios para la cultura y lengua gallegas en el ámbito de la lusofonía. Laborinho fue presentada por Rosario Álvarez, vicepresidenta del Consello. Sobre ella el presidente gallego recordó que son muchos los logros conseguidos por el Instituto Camôes en la etapa presidida por la premiada. Desde la extensión de la presencia del portugués, hasta su introducción como lengua extranjera en varios países, o su reconocimiento como lengua de acceso a la enseñanza superior.

Expansión de la cultura gallega

A lo largo de su intervención, el titular de la Xunta tuvo también palabras de reconocimiento para el presidente del Consello da Cultura, Ramón Villares, y para la institución por la hoja de ruta para modernizar la gestión de la cultura, así como por la promoción activa de la lusofonía, como prueba, por ejemplo, la incorporación de Galicia a la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa.

En esta línea, recordó que son muchas también las iniciativas que Galicia impulsa para conectarse con un territorio idiomático conformado por 250 millones de personas, destacando de una manera especial la Ley Paz Andrade como el instrumento que hace posible ese reencuentro entre culturas que será históricamente definitivo. “Y el Plan de la Cultura Gallega se encuentra en pleno desarrollo”, añadió, haciendo hincapié en que la Estrategia de la Cultura Gallega 2021 quiere poner a disposición del país un trabajo riguroso y coral, en el que está siendo crucial el diagnóstico hecho por el Consello da Cultura Galega.

Reconocimiento al Consello

En un momento histórico en el que a veces se confunde la longevidad de una institución, o mismo de una Constitución con su obsolescencia, Feijóo aseveró que este Consello da Cultura, creado por el Parlamento gallego en 1983, refuta las tesis de los que menosprecian el valor de la experiencia y la tradición.

“Acertaron los redactores del Estatuto, acertaron los presidentes que rigieron la vida de esta institución y acertaron igualmente los gobiernos que vieron en el Consello da Cultura una fuente de conocimientos sobre lo que somos, un lugar de encuentro de sensibilidades y una fuente inagotable de iniciativas”, dijo, precisando que, junto a las redes sociales de tipo virtual, hace falta situar redes comunitarias en las que la sociedad dialogue consigo misma sin fragmentarse en parcelas incomunicadas.

“Galicia se incorpora a las corrientes globales sin desaparecer en ellas. Protege lo suyo sin levantar fronteras que finalmente asfixiarían nuestra creatividad”, matizó, haciendo hincapié en que esa capacidad de acogida de la cultura gallega logra que su jurisdicción sea inmensa. “Nuestra divisa sigue siendo el ‘anosar’ de Álvaro Cunqueiro, y gracias a eso, la cultura de nuestro país no se hace más pequeña sino mucho más grande”, abundó, recordando que esa cordialidad con la que la revestimos, lejos de significar debilidad, supone una enorme fortaleza.

El acto contó con la música del pianista Brais González y estuco conducido por Dolores Vilavedra, secretaria del Consello da Cultura Galega.

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