El Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania, dictaminó el pasado 5 de abril dejar en libertad con medidas cautelares al expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, huido de la justicia española desde hace varios meses.
El tribunal alemán señaló que no ve admisible el delito de rebelión que le imputa la justicia española e incluso se planteó, posteriormente, el de malversación; por lo que ha pedido más detalles a España. “El delito de alta traición (comparable en Alemania al de rebelión) no se cumplió porque no se aprecia la característica de ‘violencia’”, argumenta el comunicado emitido por el tribunal en el que se dictó para el líder soberanista libertad bajo fianza de 75.000 euros.
La Fiscalía general de Schleswig-Holstein sí había pedido previamente la extradición a España, tras examinar la euroorden emitida por el Tribunal Supremo español contra el político independentista, y solicitaba a los jueces que no le concediesen la libertad alegando riesgo de fuga. Puigdemont había sido detenido el 25 de marzo en un área de servicio del norte de Alemania en virtud de una orden de arresto europea emitida dos días antes por el Tribunal Supremo español.
El Gobierno de España se mostró convencido de que la Justicia española “adoptará las medidas más adecuadas” tras la decisión de los tribunales alemanes.
Y, de hecho, acudirá a la justicia europea para salvar la acusación de rebelión, al creer que los magistrados alemanes se han extralimitado en sus funciones. Este hecho provocó tensión entre los gobiernos de ambos países por alguna declaración mal entendida.
Por otro lado, el presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, convocó para el 13 de abril el pleno para investir presidente de la Generalitat al número dos de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, que permanece en prisión preventiva, e instó al Supremo a permitirlo para “garantizar” así los “derechos políticos” del candidato. Cabe recordar que ya se intentó la investidura de Sànchez anteriormente y se rechazó por la Justicia al estar en prisión y con riesgo de fuga. Incluso Sànchez anunció que renunciaba al escaño y a la política para poder salir de cárcel y reunirse con su familia.
