JxC, ERC y CUP retomaron la vía de la independencia unilateral al pactar el 22 de octubre una propuesta de resolución en el Parlamento catalán en la que instan a la Cámara a aprobar “resoluciones políticas sobre el derecho de autodeterminación”, en un claro desafío al Tribunal Constitucional.
Barcelona fue escenario el último fin de semana de octubre de dos grandes manifestaciones a favor y en contra del ‘procés’: el sábado, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural congregaron a 350.000 personas, según la Guardia Urbana, a favor de la independencia; el domingo, 80.000 personas, según la Guardia Urbana, marcharon para decir “¡basta!” al procés en una movilización convocada por Societat Civil Catalana (SCC).
El martes 29, la Consejería de Interior activó una auditoría interna para analizar la actuación de los Mossos d’Esquadra durante los violentos disturbios en las protestas por la sentencia del ‘procés’.
Desde ese mismo día, el Sindicat d’Estudiants del Països Catalans convocó una huelga indefinida en las universidades catalanas. Los rectores dieron permiso a los huelguistas para examinarse solo al final de curso.
También el 29, el tribunal de primera instancia de Bruselas encargado de resolver la petición de extradición a España de Carles Puigdemont pospuso la vista hasta el 16 de diciembre. Por su parte, Canadá volvió a prohibir la entrada en el país al expresident.
El jueves 31, el Gobierno aprobó un real decreto ley para “poner punto final al proyecto del independentismo de la república digital” catalana.
El lunes 4, al cierre de esta edición, los Reyes, acompañados por sus hijas, iban a presidir en Girona los actos con ocasión del X Aniversario de la Fundación Princesa de Girona. El Gobierno activó un gran operativo policial ante el anuncio de movilizaciones.
