Preocupación e incertidumbre de los socios del Hospital Español de Buenos Aires por el futuro de su asistencia sanitaria

El pasado mes de diciembre se dictaminó la quiebra de la Sociedad Española de Beneficencia, entidad encargada de su gestión y del Hogar para Ancianos 'Elías Romero' de Temperley

El doctor Roberto Pol.
Hospital Español de Buenos Aires.

En los primeros días de diciembre del año pasado se dictaminó la quiebra de la Sociedad Española de Beneficencia, institución que era responsable de la administración y gestión del Hospital Español de Buenos Aires y del Hogar para Ancianos ‘Elías Romero ‘de la localidad de Temperley.

Tanto el hospital (que en la actualidad cuenta con cerca de 3.000 socios) como la residencia para mayores estaban intervenidos por el PAMI, obra social pública de jubilados y pensionados de Argentina, desde febrero de 2014, dada la acuciante situación económica a la que había llegado la entidad.

Luego de las negociaciones llevadas a cabo por ambas partes, se había acordado en aquel entonces que el Hospital Español se encontraba en una situación crítica, adeudando el pago de sueldos y cuentas de proveedores, por lo que el PAMI se comprometía, según consta en la Resolución de Administración dictada por la Jueza de Primera Instancia en lo Comercial del Juzgado Nº22 Margarita Braga, a “proteger a los afiliados de la situación de riesgo sanitario que actualmente padecen, asumiendo que su accionar restablecerá el funcionamiento del Hospital Español, garantizando asimismo la continuación del servicio de salud”.

Lo que en un primer momento se proyectó como una intervención por tan sólo 180 días fue prolongándose en el tiempo. Trazar un paralelismo con lo sucedido con la intervención del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires por parte del INAES es inevitable. En ambos casos, lo que se planteaba como una solución temporal para garantizar tanto la atención de los socios como el mantenimiento de las fuentes de trabajo y el pago de los sueldos de sus trabajadores terminó transformándose en una especie de respirador artificial que prolongó la agonía de ambas instituciones, pero no pudo evitar su deceso.

En una dificultosa asamblea extraordinaria de socios que tuvo lugar el 23 de noviembre del año pasado, los afiliados de la Sociedad Española de Beneficencia del Hospital Español de Buenos Aires aprobaron por mayoría el pedido de “quiebra con continuidad” de la institución con el compromiso por parte del PAMI de que se les garantizara que seguirían siendo atendidos allí.

El doctor Roberto Pol recibió hace pocos días un telegrama en el que se le informaba que había sido cesado en su cargo: llevaba más de 31 años trabajando en el Hospital Español, en el que últimamente se desempeñaba como jefe del departamento de medicina legal y del que había sido su director médico durante una década.

En diálogo exclusivo con España Exterior, Pol explicó que luego de que la jueza Braga dictaminara la “quiebra con continuidad”, el PAMI administrará el proceso de liquidación, que puede durar cerca de un año. “Desde que se decretó la quiebra el PAMI continúa aportando dinero para el pago de sueldos y la compra de insumos para mantener operativo el hospital. A su vez, ese dinero lo hará valer como un crédito de privilegio que le va a ser útil para el momento en que se haga la liquidación de la quiebra, lo que le va a permitir quedarse con el hospital, que continuará en el futuro con el mismo nombre”.

Luego de resaltar que durante la gestión de la intervención se generó una deuda con el propio PAMI, Pol afirmó que será una fundación recientemente creada por dicho organismo la que se hará cargo de la gestión del hospital una vez concluida la liquidación de la quiebra. 

“Los socios están viviendo todo esto con mucha preocupación, angustia e incertidumbre. En su mayoría son personas de avanzada edad que han tenido una relación de toda la vida con esta institución y que están en un momento de sus vidas en el que más que nunca necesitan del apoyo del hospital, porque no quieren atenderse en otras instituciones ya que aquí tienen sus historias clínicas y cuentan con médicos que les son familiares”, resaltó.

En ese sentido, recordó que asegurar su asistencia sanitaria en el Hospital Español fue una de las condiciones que pusieron los socios para avalar el pedido de quiebra, pero reconoce que aún no se sabe si eso se podrá implementar. De hecho, ya existen denuncias de que sólo se están atendiendo a los socios que están afiliados al PAMI, y que, más allá de ello, en los últimos días también se han rechazado a los socios que cumplen con este requisito porque la capacidad del hospital está “saturada”.

“La preocupación principal era que se les continuara dando cobertura médica, pero eso todavía no está claro. Ya hay casos en los que ha habido inconvenientes para darle continuidad en sus tratamientos a pacientes oncológicos o con antiretrovirales”, subrayó. Además, aseguró que ya se han cesanteado a alrededor de 50 o 60 personas, y que esa cifra seguramente se incrementará cuando se finalice la liquidación de la quiebra.

Luego de afirmar que no hubo por parte de la Embajada de España ningún tipo de gestión en los últimos tiempos para tratar de encontrar una solución a la situación de la longeva entidad, concluyó: “La Sociedad Española de Beneficencia y el Hospital Español como uno los conocía ya no existen. Aquí nacieron mis hijos y murió mi padre. Más allá de la relación laboral, hay un afecto y un lazo emocional con la institución que es enorme y que me mantuvo siempre muy cercano a la colectividad española, por lo que es algo muy difícil de sobrellevar”.