El Centro Gallego de Montevideo organizó un almuerzo en el parque deportivo de Carrasco para agasajar a los residentes del Hogar Español de ancianos, como forma de comenzar las despedidas de año.
Si bien la primavera montevideana parecía haberse convertido en verano, el pasado lunes 7 de noviembre refrescó, lo cual no fue impedimento para que un grupo de abuelos y abuelas del Hogar Español fuera trasladado al complejo deportivo del Centro Gallego, en el coqueto barrio de Carrasco, para disfrutar de un almuerzo.
No faltó el fuego encendido y los productos del ganado uruguayo cocinándose sobre crujientes brasas, al tiempo que ensaladas variadas acompañaron el almuerzo que los directivos presididos por Jorge Torres Cantalapiedra le brindan, como todos los años, a los residentes del Hogar que pueden trasladarse y están habilitados para ello por sus médicos.
Lo cierto es que, además de la alegría por el paseo, ya que se tienen que trasladar casi veinte kilómetros, también disfrutan el encuentro en un lugar rodeado de pinos y símbolos gallegos, con los directivos de la institución a los que se le unen los gaiteros de la entidad que deleitan con su música a muchos de ellos e incluso a algunos les hacen bailar.
Estos actos son importantes para los emigrantes que pasan sus últimos días alejados de sus familias, muchos por carecer de ella aquí en Uruguay y otros porque han sido abandonados. No solo se logra animarles y demostrar que son queridos por la colectividad, sino que también se lo cuentan a sus compañeros de residencia que no pueden movilizarse para que vivan el evento como su hubieran estado allí.